En Panamá se calcula que hasta el 2010, más de 20 mil personas viven sin saber que portan en sus cuerpos el virus de inmunodeficiencia humana (VIH). Unas 11 mil personas ya padecen el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), de los cuales 5 mil reciben tratamiento antirretroviral gratuito.
Aún con toda la información que se ha machacado desde hace ya 30 años con respecto al VIH
SIDA, la epidemia mundial sigue avanzando, una realidad a la que no escapa nuestro país. Cada año, se reportan más de 600 casos nuevos, y la mayoría de los nuevos infectados son jóvenes. Todos pasan a la lista de portadores del VIH en todo el globo, que hoy va por los 33 millones y contando.
La presentación del informe mundial de VIH/SIDA, hecho público ayer por ONUSIDA, llegó con una serie de recomendaciones. Ninguna de ellas es nueva o desconocida para la sociedad. Lo que se pide para frenar la epidemia es incrementar el esfuerzo de prevención, especialmente la educación sexual en las escuelas. Y es en ese punto, en el que César Núñez, director de ONUSIDA para América Latina, explicó que hay un "vació de prevención".
La realidad es que la educación sexual no inicia en las escuelas ni la calle, sino en los hogares. Los padres de familia no pueden darse el lujo de esperar que los niños obtengan la información sobre sexo de los amiguitos, la televisión o el Internet, y pretender que su formación sexual no quede desviada.
Lo que se impone para evitar que un hijo/a quede en la lista de los 33 millones, es asegurarse uno mismo como padre que conozcan lo bueno, lo malo y lo feo del sexo y las enfermedades de transmisión sexual, y de esa forma cuenten con todos los elementos de juicio a la hora de iniciar su vida íntima- con una pareja.