Los pacientes de insuficiencia renal crónica están a punto de sufrir una tragedia sanitaria, de la cual culpan a los directivos de la Caja de Seguro Social (CSS).
David Ocalagán, paciente y presidente de la fundación que lleva el mismo nombre, denunció que los 28 riñones artificiales (máquina de diálisis) están funcionando las 24 horas al día durante los cinco turnos de atención en unas instalaciones donde no caben lo más de 300 pacientes.
El dirigente culpó del decadente servicio al director de la CSS, Guillermo Sáez Llorens, quien prometió un cambio en seis meses al asumir el cargo del cual no ha cumplido.
Hacinamiento, falta de medicamentos, ausencia de un personal médico son algunas carencias que sufren os afectados.
Ocalagán hizo un llamado nuevamente a las autoridades competentes para que se hagan eco y pongan atención a sus reclamaciones antes que se desate una crisis en la sala de hemodiálisis.
En tanto, Sáez Llorens reconoció la limitación en el servicio y ofreció un paleativo a través de la adquisión de máquinas de hemodiálisis, además de que trabajará en la ampliación de salas de atención y de servicios.
Anunció que en los próximos meses realizarán una licitación pública para la construcción de nuevas salas junto con el equipamiento.
Entre la CSS y el Ministerio de Salud hay mil 500 pacientes con insuficiencia renal, 700 en diálisis peritoneal y 160 pacientes en lista de espera para un trasplante.
Los pacientes de insuficiencia renal representan un gasto anual de 33 millones 480 mil dólares.