A escasos trece meses del próximo torneo electoral, para la renovación de toda la estructura gubernamental, el escenario político panameño se presenta confuso, en torno a la o las alternativas que ofrecerá la oposición a los votantes, para enfrentar al Partido actualmente en el gobierno.
Frente a hechos violentos que recientemente afectaron a las grandes mayorías, sin contar con lo que nos depara el futuro, como resultado de la ceguera de las partes involucradas, la ciudadanía debe preguntarse: ¿QUÉ PAPEL ESTÁ JUGANDO LA OPOSICIÓN? La interrogante precedente debe llevar a todos los entes pensantes de la nación, a plantearse: ¿SERÁ UTOPÍA O REALIDAD LA UNIDAD DE LA OPOSICIÓN?
Nadie puede ni debe dudar que la OPOSICIÓN UNIDA, que históricamente representa el 67% del electorado, arrollaría al 33% cautivo en una organización que ha triunfado en las urnas, precisamente por la marcada división de quienes están llamados a desempeñar un rol protagónico en el escenario nacional.
Hace más de dos décadas que no formamos parte de ninguna organización partidaria, por desconfiar de quienes las usan como medio para adquirir fortuna y poder.
Considero, sin embargo, que los Partidos Políticos deben ser ESCUELAS DE CIVISMO, y no entidades electoreras. En tanto, los sucesivos gobernantes, sin que se den excepciones, han justificado su falta de soluciones, argumentando demagógicamente que son problemas heredados y que carecen de recursos.
Quienes naufragan en la vorágine de la violencia y la corrupción; las víctimas de los buses de la muerte, los intoxicados y sobre radiados en entidades de salud; los asesinados y lesionados por menores y adultos delincuentes, para quienes existen derechos humanos y no para los panameños decentes; ésta mayoría silenciosa, señores dirigente de la Oposición, espera pronta y positiva respuesta.