El Gobierno argentino anunció que compensará a los pequeños y medianos productores agrarios, pero ratificó que no dará marcha atrás con el nuevo esquema de impuestos a las exportaciones de granos que desató la irá de los agricultores, en huelga desde hace 19 días.
El ministro de Economía, Martín Lousteau, dijo que reintegrarán a los agricultores que produzcan hasta 500 toneladas anuales de soja o girasol, la diferencia de lo que pagan entre el anterior y el nuevo impuesto a la exportación, por lo que en la práctica abonarán la tasa que rigió hasta el 11 de marzo, antes estallar el conflicto.
La medida beneficiará al 80 por ciento de los productores de soja y girasol del país, unos 62, 500 agricultores con campos de hasta 150, 000 hectáreas y responsables por el 20 por ciento de la producción de esas oleaginosas.
NEGOCIACIONES
En un acto en la sede del Ejecutivo, la presidenta argentina, Cristina Fernández, dijo que le hubiera gustado discutir con el campo estas medidas que fueron adoptadas unilateralmente, pues las negociaciones con las cuatro entidades que representan a este sector están suspendidas desde el viernes.
Fernández destacó que los agricultores "quedan ahora con la misma rentabilidad que antes del 11 de marzo", cuando se aumentaron los impuestos a las exportaciones, "y en una mejor posición que antes de esa resolución" por los beneficios adicionales, como el subsidio a los fletes, la bonificación de tasas a créditos para el sector lácteo y la reapertura de las exportaciones de trigo.
La Presidenta pidió a los agricultores que mantienen los bloqueos en las carreteras que se manifiesten "al costado de la ruta", para permitir el paso de camiones con alimentos y materias primas hacia las industrias con miras a evitar el desabastecimiento.
PRODUCTORES: BENEFICIOS 80%
Unos 62,500 agricultores de soja y girasol con campos de hasta 150,000 hectáreas y responsables por el 20 por ciento de la producción se beneficiarán con esta medida.