Cuando se habla de adicciones, por lo general la atención se centra en el alcoholismo, la drogadicción (a sustancias ilegales) y la ludopatía, entre otras.
Pero una situación que se ignora o se minimiza en la sociedad es el abuso de las pastillas y medicinas. Los hombres y mujeres que necesitan llenarse de fármacos para poder funcionar bien, también han caído en las adicciones.
Hay quienes necesitan de pastillas para todo. Con cada dolorcito de cabeza se meten dos cápsulas de calmantes. Después de comer, pastillas para la digestión. En la noche se toman sus pastillas para dormir.
También tienen pastillas para la ansiedad, para la depresión y para lo que se les ocurra.
Se trata de una dependencia psicológica, que al final puede degenerar en dependencia física.
Sin pretender menospreciar el valor de la medicina tradicional y la industria farmacéutica, debemos reconocer que en muchas dependemos demasiado de los medicamentos, ya que en sus cápsulas vemos soluciones instantáneas a nuestros males.
Pero una buena cantidad de nuestras dolencias físicas y nuestros altos niveles de estrés están más relacionados con nuestros estilos de vida que con la falta o no de una pastilla.
¿Qué tal si pensamos en otras opciones para purificar nuestro cuerpo y hacerlo más saludable?, como abandonar las grasas saturadas y el exceso de azúcar, hacer ejercicio ligero regularmente, y programar unas vacaciones en un lugar apartado de la tensión urbana.
Si todos hiciéramos lo que los expertos recomiendan para mantenernos física y mentalmente saludables, no necesitaríamos de tantas pastillas ni medicinas.