El entrenador del Barcelona, Frank Rijkaard, se ha mostrado algo incómodo ante el largo centenar de periodistas que presenciaron la conferencia de prensa del holandés en el campo del Schalke, especialmente cuando le han insistido sobre si sentía que pesaba sobre él un ultimátum, al señalar que nada le afecta.
El técnico del Barcelona, no obstante, ha vuelto a tener unos golpes divertidos, como cuando se le ha recordado que en el descenso del avión en el aeropuerto de Dusseldorf, su ayudante Juan Carlos Unzúe le había dicho si llevaba en la bolsa un paracaídas, en alusión a la situación tensa por la que atraviesa Rijkaard, a lo que el ha respondido: "Tengo dos días".