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En las oficinas y lugares donde se concentra gran cantidad de personas, es difícil mantener el aseo en los baños, porque algunos de los usuarios son unos perfectos cochinos. Ya sea en el baño de damas o caballeros, se observan toda clase porquerías. Gente que utiliza el inodoro para orinar y no es capaz de bajar la cadena; dejan sus desechos fisiológicos como un trofeo para que los demás lo observen y absorban.
Al momento de hacer sus necesidades mayores, el resto del personal tiene que soportar la pestilencia que deja al descargar sus excretas. Al menos tenga la cortesía de encender un fósforo o llevar un desodorante ambiental para disimular el mal olor.
Todos tenemos en algún momento la necesidad de acudir a un baño fuera de nuestras casas para defecar, pero hay personas que convierten esa situación en un hábito. Utilizar los baños fuera de casa para satisfacer ese tipo de necesidad, debe ser algo extraordinario, no una cosa de todos los días.
Además el que se utilice un baño fuera del hogar no significa que debemos obviar las mínimas normas de aseo. Baje la cadena cada vez que utilice el baño, lance los papeles al tinaco y las mujeres no deben dejar las toallas sanitarias manchadas en los depósitos de basura al la vista de todos. Hay que preservar el aseso y así evitaremos algunas enfermedades. |
