Hace poco el embajador de Asuntos Internacionales del Departamento de Seguridad Interna de Estados Unidos, Chris Arcos destacó el importante papel que representa el Canal de Panamá para la economía norteamericana y mundial.
Arcos reveló que el 14 por ciento de las exportaciones e importaciones estadounidenses pasan a través del Canal. Dicho así, el tema no parece revelar mucho, pero si nos vamos a las cifras, el asunto toma grandes dimensiones.
Las exportaciones de Estados Unidos superan los 700 mil millones de dólares y las importaciones superan esas mismas cifras en 500 mil millones.
Por eso, la seguridad del Canal es un tema de permanente preocupación por la comunidad de inteligencia de la mayor potencia del mundo.
Los ataques del 11 de septiembre de 2001 y el perpetrado el 11 de marzo reflejan el desafío del terrorismo de fanáticos que les importa un comino con la vida de las personas.
Al parecer los norteamericanos están satisfechos con las medidas de seguridad adoptadas por Panamá en torno al Canal. Si bien es cierto que un acto terrorista difícilmente puede ser previsible, lo responsable es reforzar la vigilancia.
De hecho, la Autoridad del Canal contaba con un adecuado sistema de seguridad industrial al que se le sumó la vigilancia de los estamentos estatales. Además se programan acciones para la vigilancia de la carga que se transporta en contenedores a través de los barcos que transitan la vía acuática y los que atracan en puertos panameños.
Aparte de esas medidas, existe la iniciativa para hacer más efectivo el control de productos que son utilizados por la industria internacional, pero que también pueden ser desviados para la fabricación de armas de destrucción masiva.
Sin duda que el terrorismo ha cambiado al mundo. Panamá no es una isla, es un punto vital para el comercio mundial y de tránsito de pasajeros, por eso debemos estar al día en las medidas de seguridad, porque como bien reza el refrán: "más vale prevenir que curar".