En casa, si los mandan a fregar o a barrer el cuarto, patalean y dicen no; en el colegio, si los mandan al tablero, no lo hacen; en el trabajo, si les piden informes o investigaciones, no las cumplen. Esto se llama desobediencia, término que significa falta de obediencia y/o resistencia a cumplir con lo que se ordena.
Esta palabra no es nueva. En el libro de Proverbios de la Biblia la palabra está tan clara que todo el capítulo3 Dios hace un llamado a los desobedientes diciéndoles:
Hijo mío, no te olvides de mi ley, y tu corazón guarde mis mandamientos; Porque largura de días y años de vida paz te aumentarán.
Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad; átalas a tu cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón; y hallarás gracia y buena opinión ante los ojos de Dios y de los hombres.
Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas.
No seas sabio en tu propia opinión; teme a Jehová, y apártate del mal; porque será medicina a tu cuerpo, y refrigerio para tus huesos.
Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos; y serán llenos tus graneros con abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto.
No menosprecies, hijo mío, el castigo de Jehová, ni te fatigues de su corrección; porque Jehová al que ama castiga, como el padre al hijo a quien quiere.
Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría, y que obtiene la inteligencia; porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata, y sus frutos más que el oro fino.
No te niegues a hacer el bien a quien es debido, cuando tuvieres poder para hacerlo. no digas a tu prójimo: Anda, y vuelve, y mañana te daré, cuando tienes contigo qué darle. Dios aborrece la desobediencia. El desea nuestro bien.