¿Qué dividendos obtendrá panamá con la instalación en nuestro país de la sede del área de libre comercio de las Américas (ALCA)?, ¿no estaremos ofreciendo más de lo que vamos a recibir?, ¿por qué los negociadores locales no nos explican con detalles, sin muchos aspavientos, los beneficios que recibirá la economía nacional? ¿no estaremos creando las bases para un nuevo PARLACEN, todavía más costoso?
Para comenzar, debe explicarnos cuál será el mecanismo de autofinanciamiento de un organismo multinacional de tantas envergadura y nuevo en el escenario regional. ¿Se hará mediante un sistema de cuotas por países miembros, similar a otras iniciativas hemisféricas?
¿Cuál será el marco jurídico, inserto en el ámbito de la legislación panameña, para garantizar el no excederse en las facilidades que se les ofrecerá a las misiones extranjeras en vías de establecerse con esa finalidad en la República de Panamá?
Todas estas interrogantes resueltas a tiempo allanan el camino para que ingresemos con pie seguro al campo de la integración, pues estamos convencidos de que, la economía debe abrirse, hoy más que nunca, hacia otros mercados, mediante el intercambio sin desventajas, más allá de las fronteras.
Y también hay que sacarle el mayor provecho a la posición privilegiada con que la naturaleza ha favorecido al Istmo en el escenario económico mundial, sin caer en la desesperación.