Saludos amigos y amigas del béisbol, bienvenidos a otra jornada de la pelota criolla, hoy, en el viernes de cucarachas, ponemos nuestra mano en el pecho y sentimos cómo late el corazón cuando estamos en el estadio, totalmente lleno, la afición delirando, muchos cantan, ríen y otros lloran, como pequeños desconsolados.
Qué significa el béisbol para nosotros..una vez dije, hace mucho tiempo, una frase: "El béisbol nuestro de cada día", como una paradoja, como una similitud a una frase que aprendí de niño y que nunca, ni jamás, olvidaré.
También recuerdo cuando escribí acerca de ese muchacho flaco y de un cabello esponjado, que no pudo dormir, pues.. el día siguiente se inauguraba el juvenil y se acostó abrazado a su uniforme que en pocas horas luciría con orgullo, amor, pasión y dignidad.
También recuerdo aquel muchacho que contento apañaba con su padre y decía que era el "Pequeño Veneno" Edgar Díaz, o quizás simulaba correr como Rodrigo Merón.
El béisbol señores es para los panameños como el mismo poroto sobre el arroz.. es la tarde del viernes, es el sol y la luna, es la pasión y la emoción.
No hay nada en este país que compita con el béisbol, nada, ni siquiera los carnavales que se acaban en 4 días y la pelota muere en 4 meses.
Y por qué los recuerdos, por qué la melancolía y el dolor. Sencillamente porque estamos muy cerca de perder, lo que hemos ganado con los años.. la dignidad y honor del juego podría estar en juego, todo por las apuestas que son como ese cáncer que carcome hasta la misma alma.
Por qué nuestro béisbol, por qué razón llegan las apuestas a la pelota panameña.
El genio inventor de este asunto, debe ser exaltado al salón del olvido y por ende desterrado de los terrenos de su majestad.
El béisbol ha vivido sano, pero ahora el cáncer de las apuestas vive entre nosotros. Con tristeza:
¡Viva el Béisbol!