-La razón y la experiencia nos prohíben esperar que la moral nacional pueda prevalecer con la exclusión de los principios religiosos -Washington.
-El médico, al paciente: Por ahora nada de fumar, beber, trasnochar, viajes, vacaciones, etc. ¿Hasta que recupere, doctor? No, hasta que me pague la deuda contraída.
-Jesucristo, el justo, intercede por nosotros y nos reconcilia con el Padre. Abramos pues, nuestro espíritu al arrepentimiento, para acercarnos a la mesa del Señor.
-La unidad de la Iglesia, cuerpo de Cristo. En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darle gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre, Padre Santo. Nuestro Creador nos ha llevado al conocimiento de la verdad, hacernos miembros de su cuerpo mediante el vínculo de una misma fe y un mismo bautismo; Él ha enviado a todos los pueblos de mundo a su Espíritu Santo, admirable constructor de la Iglesia por la abundancia de sus dones, y autor de la unidad, el cual habita en sus hijos de adopción.
-Es de gran regocijo por su sacrificio a Dios, orar siempre a dios como lo hacen sus abnegados sacerdotes, lograr la eterna felicidad de todos ellos. Adoración Perpetua es una forma de adorar a Dios en Espíritu y en Verdad. Los sacerdotes son especialistas idóneos de esta consagrada misión. Dios vive en ellos y está con ellos.
Tenemos que agudizar las vidas espirituales, tenemos que tener abiertos los ojos del alma, tenemos que permitir que la Palabra de Dios penetre en nuestras almas como espada de dos filos. El Evangelio ha sido motivo de reflexión de tres meditaciones anterior y tendríamos que preguntarnos ¿qué nos quiere decir el Señor? ¿Qué me quiere decir a mí particularmente?