Aunque nunca en la vida se conocieron, una misma tragedia los unió.
Pero la forma en que fueron despedidos uno y otro distó de la conmoción que causó en las altas esferas gubernamentales y en la sociedad en general, el fatídico asalto frustrado que cobró el martes las vidas del seguridad de ‘Transportes Blindados’, Samuel Monrroy, y del director del INAC, Anel Omar Rodríguez.
A diferencia de lo ocurrido el jueves en el funeral de su compañero de infortunio, el director del INAC, en la Iglesia San Cristóbal, en Chepo, donde se realizaron ayer, viernes, las exequias de Monrroy, no se hicieron presentes altas personalidades gubernamentales ni de la empresa para la que trabajó.
Una calle de honor de los compañeros agentes de seguridad y las emotivas muestras de dolor de sus seres queridos fueron el mejor homenaje póstumo que ese humilde trabajador pudo recibir.
El padre del occiso, Elías Monroy, exigió que se haga justicia; la hermana, Ely Monroy, dijo estar segura que de solo haber muerto Samuel el martes, no se hubieran hecho los operativos para dar con la captura de los maleantes.
Fue sepultado en el cementerio de Chepo.