No existen victorias morales en el béisbol. Pero si un equipo merece una, es Panamá. Los panameños resistieron con la frente en alto cada empuje, respondieron a cada racha, pero finalmente se quedaron sin gasolina al perder 8-6 en 11 entradas frente a Cuba
El revés dejó a los panameños en la puerta de salida del torneo, y rezando por una combinación casi divina de resultados para clasificarse a la segunda ronda del Mundial de Béisbol.
``Se jugó con todo el corazón'', comentó el pitcher abridor Bruce Chen, quien lamentó la ausencia del estelar taponero Mariano Rivera, quien le habría venido como anillo al dedo al equipo en las entradas finales, con el marcador cerrado y una posibilidad de desbancar a los cubanos.
``Si Mariano hubiese estado aquí, a lo mejor pudiéramos haber asegurado la victoria'', señaló.
Panamá se despide con las manos vacías, pero al menos se lleva una medalla de consolación por dos magistrales duelos, en los que batalló con el corazón en la mano contra un equipo de Puerto Rico lleno de jugadores de Grandes Ligas, y frente a una escuadra cubana campeona mundial y olímpica.