Tan sólo tenía 12 años y la vida le sonreía. Su hoja de vida, la cual expiró en un tiempo récord, señalaba que era la mejor de su clase con promedios que cualquier adolescente y padres desean.
Iris Raquel Subagara Mosquera, de 12 años, perteneciente a la etnia emberá y oriunda del corregimiento de Sambú, en Darién, fue encontrada por un vecino entre las 7:00 p.m. y 7:30 p.m. del miércoles, ahorcada en su residencia, la Nº106 de Nueva Libia, Alcalde Díaz.
EL HALLAZGO
La pequeña aborigen colgaba de una soga amarilla, la cual estaba amarrada a su cuello y tirando de una carriola de su humilde casa.
La menor vestía un pantalón corto lila y una blusa blanca. Estaba descalza.
Su padrastro -Leonardo Carsarín- quien fue avisado por los moradores del lugar, al ver el terrible suceso, en su desesperación y afán de darle vida, la bajó y la acostó en el piso.
Los vecinos que vieron el cádaver, informaron que tenía la lengua afuera.
Luciano Marmolejos, de 36 años, quien vive al frente de la casa de la familia Carsarín Mosquera, se dirigió a la casa de su amigo y se encontró con el cuerpo sin vida de la menor.
"Es difícil todo esto. Días atrás la vi y nada me indicó que ella se quitaría la vida", dijo el adelantado.
Un hermanito de año y medio tenía la menor, quien había regresado hace dos días de haber visitado a su padre, en Cerro Azul.
HABLAN LOS VECINOS
"Iris era una niña que no tenía muchos amigos, pero siempre se la pasaba, al menos el mayor tiempo posible, ocupada haciendo manualidades", dijo una vecina.
"El martes me compró un par de cartones para hacer trabajos con seda", recordó otra de las personas que conocieron a la pequeña indígena.
Unidades del Departamento de Homicidio de la PTJ se apersonaron al lugar, al igual que de la Fiscalía.