La sonrisa es la única expresión que se ve sin necesidad de usar los ojos. Claro, estoy hablando en sentido figurado.
Se ha dicho mucho acerca de esta expresión. Unos dicen que las personas que sonríen mucho viven largos años; otros también dicen que los risueños nunca se enferman, en cambio otros dicen que son aburridos.
Sea cual sea tu opinión, la nuestra es que la sonrisa es linda y debemos practicarla más a menudo. El rostro de muchas personas pareciera estar esculpido en piedra. No mueven ni las pestañas. ¿Quién desea hablar con alguien que le sale con una cara amargada? Nadie verdad. Bueno, lo mejor es aplicar algo de crema humentante que suevice esas partes que impiden que nos riamos a carcajadas.
Como habíamos dicho al inicio de esta columna, la sonrisa es el único sentimiento que se ve sin necesidad de usar los ojos. ¿Sabes por qué? La respuesta es fácil. Cuando llamas a cualquier lugar, sea una casa o una empresa, se percibe la amabilidad en la conversación y también se percibe lo descortés cuando a uno en verdad no lo quieren atender.
No importa que nos haga falta uno o dos dientes. Mostremos la sonrisa, pero no cualquier sonrisa, sino esa que sale del corazón mismo y que nos hace suspirar.
La clave de todo es sonreír a los clientes, si tratamos con público, siempre pensando en que el que está del otro lado de la venanilla es uno mismo. Así nos enseño Jesucristo. El vino para servir, no para ser servido.
Si aplicamos estos consejos, en muy poco tiempo, veremos los resultados favorables en nuestras vidas porque el rostro rocoso desaperecerá sin darnos cuenta.
Seamos mejores ciudadanos, regalemos más sonrisas. No seamos egoístas.