La leyenda señala que a fines del siglo XVII, existía en el emplazamiento que hoy ocupa Las Tablas, un grupo de españoles.
Vino entonces a desembarcar al puerto de Mensabé un barco con marinos de la Corona; éstos desmantelaron la nave y cargaron con la madera hasta la aldea donde residían los españoles. Allí levantaron sus barracas con los restos de madera del barco llamándoles el grupo de colonos "la gente de Las Tablas". Esta leyenda explicaría el origen del nombre de Las Tablas, para el pueblo recién constituido.
Los nuevos ocupantes, trajeron con ellos la imagen de Santa Librada a quien le hicieron una especie de ermita para entronizar el culto de la imagen. Los primeros habitantes entraron en celos porque ya ellos tenían establecido el culto a la cruz de mayo. Parece ser que esto trajo una serie de escaramuzas entre los bandos y recordando, quizás la común ascendencia hispánica, salían ambos con tunas, cantando coplas para críticas o echar, "puyas" al grupo contrario. Esta versión explicaría el origen de la rivalidad de las dos tunas o grupos y modalidad de zaherir.
El pleito de las imágenes terminó. La patrona escogida fue Santa Librada, pues resultó ser muy milagrosa por lo que fue aceptada por todos. Pero quedó la costumbre de que todos los años se celebraban pugnas de tunas para los día de fieseta de Santa Librada en julio, que luego se cambiaron por consejo de un obispo para el carnaval.
Se dice que el carnaval con tunas data del siglo XVIII, siendo Las Tablas, la cuna de esta costumbre y que de allí se difundió a los otros pueblos.