Una tormenta se ha desatado en Canadá, a raíz del descubrimiento de un supuesto desvío de fondos del Gobierno liberal para evitar que la provincia de Québec, de habla francófona, se separe del segundo país más grande del mundo.
El premier canadiense, Paul Martin, dijo que renunciaría al cargo si la investigación oficial en torno al escándalo financiero del gobierno demostraba que él sabía lo que estaba ocurriendo.
Unos 100 millones de dólares canadienses (76 millones de dólares) fueron enviados a dicho fondo para fomentar empresas vinculadas al Partido Liberal, en el poder.
Para nadie es un secreto que los liberales lanzaban desde Ottawa una campaña para impedir que los separatistas tomarán auge.
Martin fue ex ministro de finanzas y reemplazó a Jean Chretien en diciembre como primer ministro.
En 1995, el denominado Parti Quebecois (PQ) casi logra, en un referendo consultivo la separación de la provincia francófona canadiense, algo que hubiera formado un cuarto país en Norteamérica y con herencias latinas.