EDITORIAL
Jugando con candela
La intención perredista de promover un juicio político para defenestrar del poder a la mandataria Mireya Moscoso, es jugar con candela, sólo sumiría al país en una peor crisis de la que actualmente enfrenta. Aunque fueron desafortunadas las declaraciones de Moscoso anunciando una nueva elección para definir la junta directiva del Consejo Municipal capitalino, no es responsable promover enjuiciamientos que único resultado sería el provocar enfrentamientos entre las dos principales fuerzas políticas del país: el PRD y el Partido Arnulfista. El enjuiciar a un mandatario compete a la Asamblea Legislativa, a través de las funciones judiciales que le facultan el artículo 154 de la Constitución Nacional, que le permite conocer de las acusaciones y denuncias que se presenten contra el Presidente de la República y juzgarlo por actos ejecutados en el ejercicio de sus funciones en perjuicio del libre funcionamiento del poder público o violatorios de la Carta Magna o las leyes. Un presidente puede ser juzgado por extralimitación de funciones, por actos de violencia o coacción en el curso del proceso electoral y por impedir la reunión de la Asamblea Legislativa y obstaculizar el ejercicio de las funciones de ésta o demás organismos o autoridades publicas. El PRD es experto en juicios políticos contra presidentes. Durante el período 1984-1989 derrocaron por esa vía a Nicolás Ardito Barletta y Eric Arturo Delvalle. Años antes sus aliados castrenses defenestraron a Aristides Royo y Ricardo De La Espriella. La mandataria Mireya Moscoso no tiene mayoría en la Asamblea Legislativa, por lo que al menos le espera un mal rato ante una posible denuncia para someterla a un juicio. Ya no sólo tendrá que enfrentar las concesiones a legisladores para facilitar la gobernabilidad, sino que estará presionada por sesiones judiciales. La clase política panameña debe ser responsable y enjuiciar a una gobernante que llegó al poder con un fuerte apoyo popular no se puede tomar a la ligera. La experiencia sirva para que los gobernantes sean comedidos a la hora de emitir declaraciones, pero la situación no debe involucrar al país en una encrucijada que únicamente afectaría las inversiones, que para colmo de males están muy escasas en Panamá.
PUNTO CRITICO |
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