Hoy traigo un tema que quizás la mayoría de las personas nunca analizamos: nuestro futuro. A lo mejor le resulta aburrido a muchos, pero es algo en el que tarde o temprano debemos pensar.
No es que pretenda convertirlos en pitonisos para mirar a través de una bola de cristal cómo será su vida en los próximos años. La idea es hacer un ejercicio para determinar cuáles son tus metas, qué cosas estás haciendo mal y qué debes hacer para labrarte un mejor mañana.
Si vez que todo anda mal. Bueno, lo mejor será comenzar de nuevo. No serás el primero ni el último en hacerlo. Si el listado incluye cosas buenas y malas, lo prudente es hacer los correctivos y convertirte en alguien mejor. Si todo está bien: te felicito, eres una persona afortunada.
En realidad no podemos predecir el futuro. La vida nos puede cambiar en un segundo; hoy estás más feliz que una lombriz, pero cuando sales a la calle te aplasta un camión. A pesar de eso, hay que hacer algo para resolver lo que no anda bien en nuestras vidas.
Lo ideal es que cada día puedas transformarte en una mejor persona; que nunca te dejes vencer por las adversidades y que nunca dejes de ser el soñador que busca el secreto de la felicidad para todos.