El cuerpo calcinado de Diógenes Orocú, de 25 años, fue encontrado en medio de los escombros de la escalera del primer alto del almacén El Gran Maestro, que antenoche fue consumido por las llamas.
La noticia causó consternación en la ciudad de Colón. El joven estuvo el día del incendio ayudando a sus compañeros, pero no pudo salir y murió
quemado entre los escombros del almacén donde trabajaba.
Aquel fatal día estaba en la bodega tratando de impedir que el fuego se propagara. Diógenes prestaba servicios como jefe y supervisor del Depósito.