El sector de la construcción se ha vestido de luto en los últimos días con tres obreros fallecidos en accidentes que ocurrieron en dos proyectos diferentes.
Uno de estos accidentes fue la caída de desde el piso 15 en el proyecto Lacosta, de Miguel Rodríguez Arrieta.
Más grave aún es lo ocurrido en el proyecto Metro Mall que se construye frente al centro comercial Los Pueblos. Este se ha anotado dos accidentes fatales de obreros en menos de una semana.
Lo verdaderamente grave en caso de Metro Mall, es que luego del primer accidente, que mató a José Manuel Cantoral y dejó en coma a Oscar Palma, el Ministerio de Trabajo descubrió problemas de seguridad y suspendió la obra.
Supuestamente, estas irregularidades habrían sido subsanadas, dado que ayer era el primer día de reinicio de obras del proyecto. Entonces, ¿como se explica entonces que un muro de bloques en la tercera losa se haya desprendido, cayendo sobre Leovigildo Vega, que murió, y Alberto Perea?
Ahora, el sepelio de José Manuel Cantoral coincide con la muerte de otro de sus compañeros.
Los proyectos de construcción, que son zonas de alto riesgo para trabajar, deben imperar estrictas medidas de seguridad, y las autoridades (en este caso, el Ministerio de Trabajo) están obligadas a hacer cumplirlas a los promotores de proyectos, quienes a su vez deben asegurarse de que sus trabajadores se cuiden a sí mismos y a sus compañeros de descuidos, faltas e irresponsabilidad.
Cuando suceden casos lamentables como estos, y tan seguidos, significa que una instancia, o más de una, no están haciendo su trabajo.