Raymond Domenech no seguirá en el banquillo tras el Mundial de Sudáfrica, y el debate sobre la identidad de su sustituto se ha llevado por delante todo el trabajo del técnico, que ha pasado a un segundo plano.
Como si Francia entera hubiera perdido la fe en los "bleus", los aficionados piensan más en la era "post-Domenech" que en las opciones reales de su selección de traerse de los confines de África algo importante.
El carrusel de nombres que suenan para dirigir a Francia tras el Mundial es el único debate abierto en torno al equipo nacional.
En cabeza de todos ellos está Laurent Blanc, el emblemático defensor reconvertido en entrenador de éxito que en su primera campaña al frente del Girondins de Burdeos llevó al equipo a reconquistar el título de liga diez años después; aunque también están Didier Deschamps entrenador del Olympique de Marsella; Arsne Wenger, estratega del Arsenal de Inglaterra, además de Guy Roux, el veterano entrenador que hizo toda su carrera en el Auxerre, pero que cuenta con el punto en contra de su avanzada edad, puesto que este año cumplirá 72.