El derecho a la educación es una derecho humano reconocido como tal en la declaración universal de dichos derechos. Nuestra Carta Magna, quien ocupa el cenit en al pirámides Kelsiana sobre el predominio, supremacía y autoridad de la ley, lo reconoce como tal, inclusive lo considera un deber para los padres respecto de sus hijos. En ese sentido el Estado panameño, a través del Gobierno Nacional ha incrementado para este año 2007, el presupuesto estatal para el sector educativo, y por lo que el ministro del ramo, Dr. Miguel Ángel Cañizáles, ha catalogado al año lectivo 2007 "Año de la Calidad Educativa", esperando que los docentes, luego de adquirir sus aspiraciones salariales y mantener el gran número de fueros y privilegios, asuman su papel y protagonicen y garanticen, la calidad de la enseñanza que produzca esa calidad educativa, que todos los años el Estado busca para preparar a sus ciudadanos. Cada año, sino es por Juana es por Chana, los maestros, docentes y educadores se olvidan de su rol de enseñar y asumen luchas políticas, particulares o gremiales apartadas de la enseñanza, protagonizando las huelgas, que afectan y desordenan todo un presupuesto familiar, todo el organigrama social y el cronograma educativo del ministerio y de la comunidad en general.
El docente en este nuevo año que inicia, debe hacer más honor a ese don, a esa virtud y a esa vocación que lo han hecho optar por lo docencia y la abnegación: deben incluir en sus maletines de trabajo, además de sus libros, trabas y explicaciones, el factor ternura, simpatía y devoción, añadir la afección del padre sustituto, y solidarizarse en muchos padres y madres de familia que se dan a la dura tarea de conseguir el sustento para mantener sus hogares y las otras obligaciones que genera de suyo la patria potestad, la paternidad, la maternidad y la guarda y crianza en materia de familia, y lamentablemente flanquean por cansancio unos y por irresponsabilidad otros, al momento de corregir o apoyar y supervisar los quehaceres educativos de sus proles.