La enfermedad no es nueva. Echarle la culpa a la prensa de sus desgracias y mala fama ha sido una actitud que, desde hace siglos, han asumido dictadores, presidentes, reyes, burócratas y hasta delincuentes.
Pero el síndrome de "la prensa es la culpable", adquiere rasgos lamentables y hasta cómicos, cuando son los mismos "periodistas" los que se contagian con él para en situaciones determinadas defender a alguien que consideran dizque su amigo.
Con la renuncia de Melitón Sánchez al cargo de presidente del Comité Olímpico de Panamá (COP), algunos ayer dieron muestras de que el síndrome antes dicho les ha calado hasta los huesos.
Me equivoqué. Pensaba que iban a ser los enemigos de "Don Meli" los que no iban a soltarlo, mas ha ocurrido todo lo contrario: han sido sus supuestos amigos los que, hasta ayer, se negaban a aceptar su abdicación.
Incluso, hubo algunos que manifestaron que el expresidente del COP traicionó la confianza que ellos tenían en él. No admiten que "Don Meli" hizo lo que tenía que hacer -desde hace tiempo- y punto.
La dimisión de Melitón ha dejado a algunos como a los jugadores de fútbol que, tras perder un encuentro, se quedan en la cancha lamentando la derrota, contemplando las tribunas, en vez de ir a los vestidores a cambiarse y ponerse a trabajar para el otro partido.
Cada quien tiene derecho a hacer sus evaluaciones subjetivas sobre determinados hechos. Es de estólidos y payasos ponerse a decir que las personas "no saben nada" sobre algún asunto porque, simplemente, no comparten su manera de pensar. Es más sabio respetar las opiniones ajenas, aunque éstas, a veces, no gusten y duelan.
¡El juego terminó!, "Don Meli" dijo hasta aquí. Así que hay que respetar su decisión y, por qué no, hasta aplaudirla.
¿Por qué se fue Melitón? Según él, "es algo que venía pensando desde hace rato", dijo a Crítica. Pero creo que la causa verdadera, profunda, estuvo en el hecho que, al darse cuenta que el cubano Reynaldo González (miembro COI) y el mexicano Felipe Muñoz Kapamas (secretario de ODEPA) no venían a respaldarlo, dijo no más. Hasta con el considerado enemigo número uno de "Don Meli", Ramón Cardoze, director del INDE, se reunieron los señores del COI..
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