¿Ha escuchado algunas vez a un amigo que se lo encuentra por casualidad después de muchos años y que al final del saludo le dice: "cualquier cosa, a la orden"?
La felicidad que siente usted al ver a su compañero de clases, familiar o conocido de trabajo es tan grande que prácticamente se le nota en su sonrisa, sobre todo porque la persona se ha puesto a disposición suya para apoyarlo. Por eso, cuando se despide le da un espaldarazo y le dice: "cualquier cosa, a la orden...", sin embargo a la hora del apoyo se vuelven una chancleta y lo chifean hasta más no poder.
Así es el panameño que ha sido prosperado y que le ha ido bien en la vida. Se olvidan de sus amigos, pero hacen ver que son los mismos de siempre cuando en la "vida real", como hablan los maleantes de este país, son puro cuento.
Esta gente nunca está a la orden. Si dan el número celular, hay veces que le dictan siete de los ocho números bien y el otro se lo dan equivocado para que nunca puedan comunicarse con ellos. También dan el número de de la central telefónica para que el día entero no lo localicen. Así usted pasará por el engorroso filtro de las recepcionistas, secretarias y el personal que no sabe en dónde está parado. Imagínese que usted llame hoy a cierta oficina y pegunte por el ingeniero Nariz. Las recepcionistas pasarán la llamada a las secretarias y éstas le preguntarán la vida: ¿De parte de quién? ¿Quién es usted? ¿Para qué lo llama? ¿Cómo se llama su papá? ¿Cómo se llama su perrito? ¿Dónde conoció al jefe? ¿Por o para qué llama? ¿Para qué lo necesita?, en fin te hacen un montón de preguntas y después te dicen con esta voz con papa en la boca diciendo: "Buenassasss, mire señorrr, lo que pasaaa es que mi jefe está en una reeeunión y no lo va poder atender esta mañana. ¿me puede dar su número para darle elmensaje?" Esta es al triste historia del saludo donde terminan diciendo que están a la orden, pero nada....