Una vez fui con mi madre a hacer unas compras, de repente, en medio de la peatonal de la avenida Central, veo un grupo de indígenas saltando de un lado a otro. Era un niño entonces y lo veía como saltos sin sentido, acompañados por música que jamás había escuchado. Luego supe que era la otra parte del folclore que ya conocía: las danzas indígenas.
También supe luego que esos "saltos" eran sus pasos de baile, como bailar al ritmo de una cumbia o un danzón, sólo que según sus costumbres.
Los kunas llaman a sus bailes "Noga Koppe" y se bailan al compás de flautas que son elaboradas por ellos mismos con bambú. Son las danzas que más se han difundido en Panamá y el mundo, por ser la cultura que más se conoce. En la ciudad capital es frecuente ver grupos de kunas practicando sus danzas en lugares abiertos, siempre rodeados por un numeroso público.
También usan maracas, sonajeros o "nasisi", que se hacen de calabazas y semillas de plantas.
Esta etnia que habita en San Blas o "Comarca Kuna Yala", rinden culto en sus creaciones a la coexistencia del principio masculino y femenino, fuente y ley de la vida. Todos sus instrumentos se hacen y se ejecutan a pares: El Tolo, el Kamú y el Kamú Purruí.
Hay Tolo Macho y hembra. El macho tiene un solo agujero en el tubo y emite dos sonidos que completan en el registro grave las melodías del tolo hembra. Éste último está dotado de 4 agujeros y de una escala de sonidos más aguda y variada.
Otro instrumento es el "Kamú", que significa "flauta" en Kuna, el Kamú es el instrumento por excelencia del Kantulé, personajes importantes en esta cultura. El Korki Kala o "flauta pelícano", es una flauta hecha del hueso del ala del pelícano. Ambos son complementos de sus populares bailes.