Seis mil militares controlan el
orden público en Armenia

Armenia
AFP
Unos 6.000 militares y policías
controlaban ayer el orden público en la ciudad colombiana de Armenia,
devastada el lunes último por un terremoto y escenario de actos de
pillaje y asaltos a comercios por parte de damnificados hambrientos, informó
el Ejército.
"La situación se halla bajo control", dijo a los periodistas
un portavoz militar, un día después de que se registraran
nuevos saqueos y fuertes choques con agentes antimotines en Armenia, la
ciudad más afectada por el mortífero sismo.
Decenas de "delincuentes procedentes de otras regiones", según
el Gobierno, y damnificados hambrientos asaltaron los comercios del centro
de la ciudad y las bodegas de la Cruz Roja, donde se almacenaban las toneladas
de alimentos enviadas desde Bogotá para distribuir entre las víctimas
del movimiento telúrico.
La ayuda a los damnificados fluye más rápido desde el miércoles,
cuando el presidente colombiano, Andrés Pastrana, empezó a
dirigir personalmente la situación.
A pesar de las acciones del Gobierno, en los empobrecidos y castigados
suburbios de Granada y Salvador Allende no se había recibido este
sábado ni un vaso de agua, comprobó la AFP.
Los habitantes de Armenia protestaron porque excesivos papeleos y otros
trámites burocráticos demoraron la distribución de
la ayuda nacional e internacional.
Socorristas de Francia que llegaron a la zona del desastre llevando raciones
de alimentos donadas por el Ejército de ese país decidieron
trasladar directamente la ayuda a las apartadas y abandonadas aldeas del
departamento de Quindío, del que Armenia es capital, para evitar
demorarse en los trámites de la burocracia, dijeron fuentes francesas.
La policía enfrentó el viernes los saqueos del centro de
Armenia con gases lacrimógenos y disparos de fusil, que dejaron dos
heridos leves y 120 detenidos, y obligó a reforzar la seguridad de
la ciudad con miles de efectivos.
El presidente Pastrana declaró que los desórdenes han sido
protagonizados por "delincuentes ajenos a la región" y
acusó a los medios infortmativos de "alentar los actos de vandalismo,
al darle excesiva publicidad a las maniobras de unos pocos facinerosos.

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