Domingo 31 de dic. de 1998

 








 

 


Ya no se podrá volar cometa en Panamá

Julio César Caicedo Mendieta
Crítica en Línea

Todos los veranos por estos días, aquí en este bello país oloroso a mandarinas, crece un deseo muy grande en todo niño mayorcito de 10 años en volar su propia cometa.

Aparentemente este fantasma de ilusiones sanas, viene arrastrando con los alisios, que combinados con la época de vacaciones y nuestro incandescente sol de secar chogorros, provocan una especie de virus emocional, que cautiva a grandes y chicos y entonces usted aprecia familias enteras correteando por los pocos llanos y espacios abiertos que nos quedan.

Lo grandioso de la época de las cometas es que los niños fabriquen sus propios juguetes y que estos vuelen por los aires sujetados por hilos y que la altura que logre el papalote motive gritos, carreras y saltos. Entre más alto viaje la cometa mejor y más abundantes serán los comentarios y las exageraciones de los mozalbetes. Casi siempre el trabajo de la primera cometa se realiza con alguien mayor de la familia, que saca a relucir su experiencia como volador de cometas. Generalmente es el padre o un tío querendón de los niños, el que se rodea de hijos, sobrinos y vecinitos en un improvisado taller con hilos, papeles, gomas y regaños. Y todo esto es interesante pues con todo y los avances técnicos del mundo de yo, la construcción y puesta en vuelo de una cometa, supera la concentración virtual de un niño frente a un vulgar nintendo.

Da mucha gracia cuando los niños que llegan último a los grupos constructores de "papalotes" como dicen en México, y los países antillanos, corren a sus casas a organizar para formar otro grupo que haga sus cometas, pues es un asunto de competencia. Algunos padres jamás han volado cometa y fabricado una menos, así que corren a asesorarse, a veces las madres han sido expertas en estos afanes pues provienen del interior o de Chiriquí y son ellas entonces las jefes de los nuevos practicantes.

Los lugares seguros para volar cometas, están desapareciendo en Panamá, con raras excepciones están : El Parque Omar y la playa de Veracruz. Sin embargo todos los cuadros de fútbol y béisbol, están disponibles mientras no haya birrias de los grandes. Da gusto ver cómo las familias se unen para observar a sus hijos volar cometas. En el interior de la República es casi una tradición, la construcción de estos juguetes y es conocida la habilidad en colocarles los más curiosos aditamentos, entre ellos está el famoso RUN RUN, a muy pocos se les ocurría levantar en vuelo a una cometa sino tenía run run. El run run es una especie de lengua de papel colocada en la parte frontal de la cometa que con el accionar del viento provoca un sonido ronco y fuerte como si fuese el motorcito de un avión. También le colocan arandelas, pero estas dependen del tamaño de la cometa.

De la construcción casera de cometas, se conocen dos como las más populares : La cometa y el pandero. El pandero ya es cosa de adolescentes y mayores debido a que es un planeador mucho más grande y pesado que arrastraría a cualquier sujeto que no pase de 150 libras. En nuestros pueblos siempre hay tiempo para todo, es por eso que no es de extrañar que en los meses de verano se disponga luego de una molienda durante un sábado medio día abajo, que se disponga determinado grupo de amigos a construir un pandero.

Un pandero es una cometa grande, cuya armazón hay que hacerla con varillas de caña brava o de bambú, preferiblemente de caña brava. Esto obedece a que como el pandero es del tamaño de un hombre, su esqueleto debe ser muy fuerte además de flexible, cosa que pueda resistir las arremetidas del viento.

El Dr. Micky Simons advierte que este pasatiempo de construir cometas en familia es muy bueno para las relaciones entre hijos y padres. El Dr. Micky nos contó que cuando inició su carrera de médico, luego de las curaciones en las giras médicas al campo, volaba cometa con los pobladores para ganarse la confianza. El Dr. Micky lo recuerdan mucho en las Islas del Archipiélago de las Perlas y por las montañas del Atlántico de Veraguas.

La fabricación de la primera cometa es un verdadero reto para niños y niñas. Ponemos por caso al ñino cantador de décimas Mickel Rodríguez Calderón, quien ahora mismo tiene revuelto al pueblo de La Arena de Chitré, construyendo su primera cometa. Cuentan que la semana pasada y luego de un número grande de horas de trabajo y de sueños atrasados, sacó la cometa a prueba, pero no le funcionó, la misma caía al terreno provocando un estruendo muy grande. Y, resultó que la cometa de Mickel no levantaba vuelo, sencillamente porque le había puesto varas de guásimo verde y son demasiado

 

 

 


 

Aparentemente este fantasma de ilusiones sanas, viene arrastrando con los alisios, que combinados con la época de vacaciones y nuestro incandescente sol de secar chogorros, provocan una especie de virus emocional, que cautiva a grandes y chicos y entonces usted aprecia familias enteras correteando por los pocos llanos y espacios abiertos que nos quedan.

 

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