EDITORIAL
Parlacen
Sus siglas por sí no tienen significado. Su nombre salió de las primeras sílbalas de las palabras parlamento y centroamericano, ambas para definir una cámara regional legislativa con ideas a fines para la región, pero, hasta ahora, no ha logrado cumplir el objetivo para lo que fue creado en el año 1990.
Muchos han oído hablar del PARLACEN de una manera tan negativa que lo asocian a corrupción. No es de sorprenderse que al investigar sobre este organismo en la Internet, el bombardeo de noticias en contra vapulee a las que lo defienden.
Ante esta seria crisis de credibilidad y de aceptación en la sociedad centroamericana, al fin se prendió el bombillo para presentar modificaciones que permitan que este organismo trabaje dentro de los principios establecidos, muy lejos de convertirse en una vulgar "cueva de ex presidentes".
El tratado consultivo del Parlamento Centroamericano será denunciado, pues al menos así lo anunció el presidente de Guatemala, Oscar Berger, quien espera cambiar su funcionamiento y evitar que se convierta en "refugio".
Sin duda que esta propuesta hará temblar a aquellos que sí se escudaban bajo el paraguas de la inmunidad, pero lo cierto es que ya es bueno que se pongan en ejecución planes regionales que nos ayuden a lograr una hegemonía.
Hace 14 años que se creó el organismo, pero no fue hasta el año 1994 que Panamá entró a formar parte como observador permanente y, en mayo de 1999, logró su integración total a través del sufragio.
La propuesta del presidente guatemalteco no deja de ser excelente. Cae en un momento justo cuando los ojos del mundo están puesto en la región, sobre todo porque se discuten temas regionales de interés. Sólo esperamos que no entre en saco roto.
PUNTO CRITICO |
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