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CLEMENTINA RODRIGUEZ
Clementina mujer que ha vivido tres siglos
Diógenes Santamaría
Crítica en Línea
La historia, las raíces de nuestras tierras son pasillos que deleitan a los que les escucha y más si son contadas por personas que han vivido momentos que marcan tradiciones que han pasado de generación en generación. Clementina Rodríguez, es una coclesana, que a sus 109 años es un libro viviente, nació el 12 de noviembre de 1891, una mujer que ha vivido tres siglos, con suficientes anécdotas para contar. La verdad que es una grata experiencia conocer a la dulce abuela como todos los coclesanos la llaman, que a su edad se muestra bastante lucida y se vale por si misma privilegio que agradecer al Señor cuando señala: "Yo le pido a Dios, señor me tienes viva, manténme así, y no me pierdas la mente que yo no quiero llegar así, quiero seguir viviendo con mi mente clara". La dulce abuela fue madre y padre de ocho hijos de los cuales ya ha perdido tres, fue partera y nos cuenta que ayudó a traer a un sinnúmero de niños a este mundo pero después de que la ley prohibiera esta faena ha dejado de practicarla. Como todo nombre tiene su origen le preguntamos a la abuela Clementina de donde se originó el nombre de La Pintada, nos comentó "yo conocí La Pintada como un campito". En medio de este campito había una pequeña casita que era una tiendita a la que todos conocíamos como la casita pintada, porque estaba pintada bien bonita, cuando pasaban las personas le preguntábamos para dónde vá y nos contestaban, voy para la Pintada, ¡ha! Vá a hacer un mandado. Y de ahí nació el nombre de La Pintada. "Cuando no tengo nada que hacer me voy pa'l patio y me pongo a arrancar hierba, ay todavía el cuerpo me pide trabajar, pero ya no tengo fuerza, me canso pero cuando veo la hierba me da gana de machetearla, porque a mí siempre me ha gustado deshierbar el monte con mi machete", nos comenta la dulce abuela, que también es ejemplo para nosotros que a nuestra edad nos sentimos a veces cansados. El Topón, es una actividad que todos los 25 de Diciembre de cada año se celebra en la comunidad de La Pintada y son miles de visitantes que se apersonan a disfrutar de estas fiestas, en donde se da el encuentro de la Virgen María, San José y el niños Jesús, actuado en vivo por moradores del lugar, tradición única en todo el territorio nacional. La abuela Clementina de cabellos blancos, de amplia bondad, que irradia cariño al que la visita, vive en una pequeña casa de adobe y tejas en la comunidad de La Pintada, todos los domingos se dirige caminando a la iglesia de la comunidad a escuchar la palabra del señor, según nuestras investigaciones es la señora de más edad en la provincia y lo más importante se conserva increíblemente gozando de buena salud. Como se siente Usted de ser testigo de tres siglos, le preguntamos "bueno del tiempo en que yo me crié es distinto todo ahora, antes no había escuelas, centro de salud, mucho menos plata y él que la tenía era unas pesetitas bien chiquitas a la le llamaban Medios, con esta monedita se podían comprar bastante comida porque todo lo vendían por cuartillo, los que no teníamos plata conseguíamos la comida por intercambio o trueque, lo que era comida de monte eso había en abundancia la yuca, el arroz, los frijoles habían bastante. Nadie pasaba hambre, el ganado andaba en el monte, nadie cercaba nadie era dueño de tierras todo era libre, toda la comida era limpia, era sana ahora hay mucha enfermedad". Además de partera la abuela Clementina fue lavandera, cocinera y hasta curandera, práctica que aún realiza en la actualidad con personas que buscan remedios a quebrantos. La abuela Clementina fue fiel testigo de la Guerra de los Mil Días, ya que su padre luchó al lado del cholo Victoriano Lorenzo, ese tiempo fueron muy triste nos manifiesta, los soldados venían y se llevaban a la gente, los hombres, las muchachas jóvenes, y al que no quería se lo llevaban amarrado, mi papá bravo se fue a luchar con Victoriano, pero gracias a Dios el volvió, mi mamá cuando esa gente venía se metía al monte. Animales no se podían tener, se lo llevaban refiriéndose a los soldados colombianos. " Me acuerdo que mi abuela se iba a cocinar al campamento por allá por las Cuestas de Marica, por allá tenían una vivienda y llegaron los colombianos y mataron a tres, en ese tiempo se vio mucha escasez de comida, había que comer sin sal porque no había y nadie podía conseguirla, tempranito había que estar en la casa porque al que veían tarde por ahí se lo llevaban y no se sabía más nada de esa persona. Recuerdo una vez cuando Victoriano Lorenzo llegó por aquí, mi abuelita estaba en el monte y arrancaron la gente a huir hablaron con mi papá y se fue con él, me sentí muy triste pero él volvió. La verdad es una grata experiencia conocer a la dulce abuela Clementina, que pese a sus años se conserva lúcida con ganas de seguir trabajando, una humilde mujer que a sus 109 años, es una biblioteca viviente para todo aquel que quiera saber de nuestras tradiciones, historia de nuestras raíces.
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