El jefe de la Policía de Praxedis G. Guerrero, un Municipio del norte de México, fronterizo con EE.UU., fue decapitado y su cabeza abandonada frente a la sede policiaca local, informaron ayer fuentes oficiales.
El jefe policiaco, que fue identificado por las autoridades solamente como "el comandante Castro", sin proporcionar su nombre de pila, había sido secuestrado el sábado pasado, apenas tres días después de que fue designado en el cargo.
Fuentes de la Fiscalía Estatal indicaron que junto a la cabeza del funcionario fue hallada una cartulina con un mensaje dirigido a un grupo criminal, aunque el contenido del mismo no fue divulgado.
Castro fue secuestrado por un comando armado el fin de semana junto con otros siete policías y varios civiles, los cuales continúan desaparecidos.
Por otro lado, un grupo de 21 policías de la ciudad mexicana de Tijuana, fronteriza con Estados Unidos, fue enviado a prisión para que se les procese por sus presuntos vínculos con el cartel del narcotráfico de los hermanos Arellano Félix, informó hoy una fuente oficial.
Del total, 19 son policías municipales y dos ministeriales, indicó la Procuraduría General de la República (PGR, Fiscalía) en un comunicado.
Tijuana es una de la ciudades afectadas por la violencia del crimen organizado y donde opera el cartel de los Arellano Félix, que el año pasado sufrió una fractura en su liderazgo y provocó una guerra interna por el control de la banda criminal que se saldó con cientos de muertes, incluidas las de algunos policías.