Lambiz tiene en su currículo criminal la muerte de una trabajadora del sexo, la desaparición de su compañera sentimental y la estafa a varias mujeres de este país.
La cacería del sujeto se inició cuando fue encontrado el cuerpo de Rafaela Ábrego, en Miraflores, Betania; posteriormente se le vinculó a la desaparición de María Luisa Caballero Caballero, quien era su mujer.
Lambiz también está asociado a la estafa a través de una empresa fantasma dedicada a eventos sociales, con la cual acumuló gran cantidad de dinero mal habido.
El desorden de personalidad de este criminal lo llevó a contactar a prostitutas, a quienes sometió a golpes.
DOBLE CARA
Lambiz aparenta ser un hombre de buenos modales y culto con un poder de convencimiento para conquistar a las mujeres, pese a no ser atractivo físicamente.
Sin embargo, es agresivo, calculador y frío capaz de acabar con la vida de aquellas mujeres a quienes les da falsas muestras de afecto.
¿DONDE ESTA?
A este criminal pareciera que la Tierra se lo tragó, pues no lo han encontrado pese a que lo han buscado como a una aguja en un pajar.
Sin embargo, hay mujeres que dicen haberlo visto en ciertos lugares. Lo han visto con bigotes; con lentes; con peluca, con gorras; con barbas.
Todos estos cambios leves se registran en un rostro regordete de piel negra, ojos grandes y negros, labios gruesos y calvicie notoria.
Algunos han asegurado haberlo visto disfrazado de mujer en clubes nocturnos, tal vez buscando otra víctima.
En un momento, Lambiz se convirtió en un criminal que representó un buen botín por la recompensa que se ofrecía: B/.2,000.00.
Actualmente, no se ha confirmado si la misma sigue en pie.