Dejaron las armas, el consumo de drogas y el pandillerismo para convertirse en asistentes turísticos y prestar sus servicios en el Casco Antiguo.
Durante un periodo de medio año, un grupo de dieciséis muchachos provenientes del corregimiento de San Felipe y expandilleros recibieron instrucción técnica académica para alcanzar este título.
Gilberto Toro, coordinador del proyecto "Por una esperanza" impulsado por el Ministerio de Desarrollo Social, explicó que la experiencia no fue fácil, ya que tuvieron que trabajar para lograr un cambio de actitud de los participantes y de sus familiares.
Dijo que la conducta positiva de estos muchachos del barrio, se ha visto reflejada en la disminución de los índices de violencia, enfrentamientos entre bandas juveniles y robo a visitantes.
Toro manifestó, que todavía hay proyectos por desarrollar con este grupo, pero se necesita una acción mayor coordinada de otras instituciones.