Leo el muy leído diario Crítica Libre, del viernes 7 de diciembre del año 2001, página 22, nos titula la Redacción "Desierto de Sarigua será utilizado en agricultura...".
Al leer este título, me pregunto... ¿Pero, cómo? ¿Si el mal llamado Desierto de Sarigua está todo copado de camaroneras?
¡Aunque casi todas están inactivas por las enfermedades del camarón!
Pero al haber sido inundadas con aguas saladas, para las crías de camarones, la salinidad y sodificación de sus suelos subió enormemente, convirtiéndolos en un erial; o terrenos en donde no pueden crecer las plantas. Y desde antes de ser camaroneras, Sarigua fue siempre una Gran Albina, bañada por las altas mareas del año. De modo que Sarigua, desde que es Sarigua... ¡una Gran Albina!... no es apta para los cultivos agrícolas.
Allá por 1966 - 1967 vino a Panamá, una misión de la FAO, con la que venía un holandés. Como buen ciudadano de los Países Bajos, el holandés quiso ganarle terreno al mar, e intentó desalinizar una pequeña porción de la Gran Albina de Sarigua. Esta fue una gran pifia de esa misión de la FAO.
El texto de la información nos habla de cultivar la sábila o aloe, nada menos que para la exportación. Supongo que los experimentos de la IDIAP, dirigido por el flamante doctor en medicina veterinaria, los están haciendo en las tierras contiguas a las camaroneras, antes, Albina de Sarigua. Estas tierras son potreros, unos metros más altos, que la gran sabana de la Albina de Sarigua. Permítame decirle, flamante director del IDIAP, médico veterinario David Berroa: Usted está más perdido, despistado o desorientado, que un perro en la inauguración de la Feria de Azuero.
En 1965 terminé mis estudios de Fitotecnia y Post-grado en el Tecnológico de Monterrey. Desde esa época, en los Estados de Texas, Nuevo México y otros, ya se cultivaba la sábila, como experimento, en varios centenares de hectáreas. Hoy en día, son miles de hectáreas las que se dedican al cultivo de la sábila en el Sur de Estados Unidos. Y nos envían la sábila, ya procesada, a América latina en envases muy bonitos, para uso de medicina botánica y como cosméticos.
¿Cómo se le ocurre a usted médico veterinario, doctor David Berroa, venirnos con estos proyectos, que son un exabrupto? Al igual que el del holandés de la FAO, que quiso ganarle la Albina de Sarigua a las altas mareas.
Funcionarios como usted le hacen mucho daño a cualquier gestión presidencial.
También tienen mucha culpa los altos directivos del MIDA, al nombrar y mantener a un médico veterinario para solucionar los problemas eminentemente agrícolas.
Las Minas de Herrera, 2 de enero. Año 2002. |