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Árabes no quieren a Gadafi.  |
El gobierno sirio ha convencido a los grupos libaneses chiítas para que retiren sus amenazas al líder libio, Muamar Gadafi, y permitan que pueda celebrarse con normalidad la cumbre de la Liga Arabe el próximo mes de marzo en Beirut.
Fuentes oficiales libanesas revelaron hoy "han surtido efecto" los mensajes que enviaron "altos responsables sirios" a líderes chiítas libaneses para que retiren las acusaciones contra el dirigente libio.
Libia solicitó el sábado oficialmente que la cumbre se trasladara a otra capital árabe, ya que el máximo dirigente libio había recibido "palabras hostiles y amenazas de muerte".
Gadafi mantiene un contencioso con la comunidad chiíta libanesa, especialmente el grupo "Amal", desde que ésta responsabilizó a su régimen de la desaparición en Libia en 1978 de su guía espiritual, el imán Musa Sadr.
Sadr fundó en 1970 la organización chiíta libanesa Amal (Esperanza), cuyo actual líder es el presidente del Parlamento libanés, Nabih Berri.
Amal se escindió en la década de los años ochenta en dos grupos, el segundo de los cuales, Amal-Resistencia Creyente, pidió el viernes al Estado libanés que "no olvide el pasado de Gadafi", quien acusa a Berri de la desaparición del imán Sadr.
La Cumbre de las Naciones Árabes se realiza en momentos en que la atención de Occidente se enfoca hacia el apoyo de algunos países a los palestinos y el recrudecimiento de los combates en los territorios ocupados.
Siria apoya la causa palestina. |