Viernes 8 de enero de 1999

 








 

 


MENSAJE
Miradas inovidables

Carlos Rey

Una cosa es ir al cine y reconocer en la pantalla gigante a actores conocidos que representan escenas de la vida diaria, y otra, ir al cementerio y reconocer en espacios reducidos los cadáveres de personas conocidas que ya no pueden actuar. Pero aquella noche fatal el doctor Carlos Zurita, médico español a quien le tocó ejercer su profesión durante los trágicos años de la Guerra Civil española, hizo primero lo uno y después lo otro. Tan pronto como salió del cine, se dirigió al cementerio para realizar la mórbida tarea de reconocer el cadáver de un amigo perdido. Allí se encontró a la viuda del gitano al que acababan de fusilar. La guapa mujer estaba velando a su esposo, sentada al lado de la caja en la que yacía el difunto, amortajado con discreta elegancia. Al ver pasar al médico, la gitana le echó una mirada de odio que si bien no lo fulminó ahí mismo, le quedó grabada en la memoria para siempre. ×Cuál no sería la consternación del doctor Zurita al recibir la noticia al día siguiente de que la perturbada mujer se había ahorcado, pero no antes colgar, uno por uno, a su siete hijos!

Lo que nos preguntamos todos es: Qué la impulsó a matar con sus propia manos a esos siete indefensos pequeños, sangre de su sangre? La explicasión que nos ofrecen el historiador español Fernando Díaz-Plaja es que <<aquella mujer no quiso que sus hijos vivieran en un ambiente que odiaba.

Esta dramática historia contiene elementos conmovedor que envoca la historia sagrada. Al Hijo de Dios mismo, Jesús de Nazaret, no lo fusilaron en una gran civil, pero sí lo crusificaron en una guerra a muerte que El libró contra el enemigo de nuestra alma. Y durante esa última semana trágica de su vida , lo traicionaron y lo negaron dos de sus mejores amigos. Uno de ellos, Judas Iscariote, sintió tanto remordimiento por haberlo traicionado que quiso devolver el precio de sangre inocente--- las treinta monedas de plata-- que recibió por entregar a su Maestro. Pero cuando se convenció de que era irreversible lo que había hecho, arrojó el dinero por el suelo, salió y se ahorcó.

 

 

 

 

 

FARANDULA
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