María Guerrero, residente de Valle del Sol, preocupada, asegura que los habitantes de las áreas revertidas con sus propios esfuerzos han mejorado su calidad de vida, construidos veredas y calles, han habilitados canchas deportivas.
Recuerda la primera vez cuando los reubicaron, les adjudicaron los terrenos los tiraron como una manada de ganado a un potrero, carecían de servicios públicos, agua, luz, carretera.
Es inconcebible que se les haya adjudicado supuestamente una solución habitacional en respuesta a la demanda de una vivienda digna y ni siquiera se le garantiza la seguridad en el sector.
Manifestó que la explosión demográfica en los últimos 10 años en el distrito de Arraiján, ha generado una serie de problemas sociales. La falta de servicios públicos y la seguridad es prioridad.
Señaló que se ha contemplado un proyecto de una sub estación de Policía. A pesar de que la comunidad hizo su aporte, no hay respuesta. Existe un abandono por parte de las autoridades.
El sub comisionado jefe de zona, Cristóbal Rivera, informó que se le asignó a la estación de Policía tres nuevas unidades, se han intensificado los operativos y el resultado ha sido positivo: hay una disminución significativa en los índices de delincuencia.