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FAMILIA
La presencia del alcohol en los jóvenes es una realidad
Tomado de
CNN
La presencia del alcohol en las fiestas de los adolescentes es una realidad. De nada sirve negar que sucede y no querer hacerle frente. Al contrario: según un estudio estadounidense, la relación de ellos con la bebida depende de una simple conversación de madre a hijo, en la cual ella le explique las consecuencias negativas que provoca beber en exceso. El estudio (que apareció en Psychology of Addictive Behavior, una publicación de la Asociación Americana de Psicología) entrevistó a 226 novatos de una universidad del noroccidente de Estados Unidos sobre sus tendencias a las borracheras, las consecuencias de éstas, sus opiniones y la comunicación con sus madres. Sobre las razones para beber alcohol, las respuestas más comunes de los adolescentes fueron: "Es entretenido para celebrar una ocasión especial" o "Cuando bebo me es más fácil conversar con otras personas". Asimismo, los jóvenes conocían los efectos negativos del alcohol, como posibles cambios de personalidad y tendencia a la irritación. Rob Turrisi, psicólogo de la Universidad Estatal de Boise, Idaho, y jefe de la investigación, dice a Salutia que éstas y otras consecuencias negativas de la bebida son las que deben ser dadas a conocer por la madre al hijo o hija a través de una simple conversación. "Hay conversaciones más benéficas que otras. Lo cierto es que con este estudio desmentimos la falsa creencia de que en esta etapa de la vida la influencia de los padres es casi nula. Nuestros datos no apoyan la antigua noción de que los adolescentes sólo quieren recibir información de sus pares y que no les interesa los argumentos adultos", agrega el doctor. DEPENDEN DE LO QUE CREAN Los jóvenes que mantienen creencias positivas sobre los efectos del alcohol, como un aumento en su capacidad para sociabilizar, son más adeptos a beber excesivamente y, por lo tanto, a experimentar las consecuencias negativas asociadas a la borrachera (por ejemplo, el desmayo, el arrepentimiento por una experiencia sexual y la resaca), comparados con los que están desprovistos de estas convicciones. Y, según Turrisi es aquí donde se encuentra la importancia de su estudio. "La relación entre beber y sus consecuencias no están bien entendidas por los adolescentes, convirtiéndolos en individuos en gran riesgo de ser atraídos por el alcohol. Ellos piensan que éste les trae positivas transformaciones y los ayuda a ser más sociables. Por ello es que la conversación con los padres antes de ingresar a la universidad adquiere gran valor, porque puede contrarrestar estas erradas creencias". O sea, se estaría comprobando una efectiva compensación a través de una relación comunicativa de los padres con los adolescentes y como ésta incrementa o disminuye los riesgos de que sus hijos se emborrachen y experimenten las negativas consecuencias. Aunque el estudio está centrado en la importancia de la conversación de madre a hijo, el investigador afirma que una comunicación con el padre puede tener similares beneficios.
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