Los panameños siguen como gorgojos. El agua llega en algunos sectores a cuentagotas y la que sale del grifo, aunque no tiene bacterias ni coliformes, no puede tomarse sin ser hervida previamente.
El director del IDAAN, Manuel González Ruiz, dijo algo que, más que ayudar, preocupó a todos: "No podemos predecir cuánto va a durar esta crisis. No tenemos, no existe un plan B para la ciudad de Panamá, no podemos hacer absolutamente nada más", reconoció el funcionario.
Aunque la turbiedad del agua sigue bajando, los pronósticos llenan de terror, porque para el lunes se espera un frente frío, que podría empeorar las cosas. Hay cuatro filtros fuera de operación en la planta vieja y hubo demora en lograr nuevos dosificadores que sirven para separar los sedimentos y que no llegaron el 24 de diciembre como estaba previsto.
"Ahora mismo, la turbiedad del agua es de 174 unidades, cuando lo normal es de 5 unidades. Estamos en una crisis de suministro de agua", repitió González Ruiz.
La planta de Chilibre funciona a un 63% de su capacidad. El IDAAN apenas puede surtir a los sectores con carros cisterna, que en algunos casos son secuestrados por la población.
En cuanto a los dosificadores, reveló que se solicitaron el 21 de diciembre a una empresa norteamericana, pero no llegaron el 24 como se había acordado. El director del IDAAN dijo que se contempla rescindir el contrato de esa compra y adquirirlos de una compañía costarricense.
MINSA ENTREGA ANALISIS DEL AGUA
En tanto, el ministro de Salud, Franklin Vergara, recalcó que el agua no es apta para el consumo humano y la misma debe hervirse y filtrarse con tela.
Vergara dijo que, a pesar de tanta turbiedad, la prueba bacteriológica arrojó que los niveles de bacterias no son importantes para causar infección.
Sin embargo, reconoció que los casos de diarrea han aumentado en un 10%.