EDITORIAL
Optimismo en Año Nuevo
Se ha desarrollado en el entorno panameño un sentimiento pesimista de que el próximo año que hoy se inicia será catastrófico para la economía nacional. Voces agoreras, pronósticos de mal agüero y hasta sentimientos de frustración se perciben en el ambiente poniendo de manifiesto un derrotismo que urgentemente debemos superar. Panamá pasó por alto la crisis después de la invasión armada norteamericana y selló las cicatrices del genocidio y del degradante saqueo. Por eso, queremos animar a nuestro pueblo a que despierte del letargo en que lo han sumido tantos malos augurios y emprendamos una veloz carrera por la recuperación de nuevos y eficaces modelos económicos porque este pueblo siempre ha tenido una mentalidad moderna y progresista. Es evidente que si alguien percibe que le va a ir mal se contagia de esa actitud que en la mente no lo deja progresar. Los panameños estamos llamados para un destino superior y dueños ya de nuestros principales recursos naturales, debemos perseverar en nuestras luchas y despejarnos del colonialismo mental que nos oprime, ya que las ataduras del pensamiento y la acción reprimen los buenos propósitos que debe tener una sociedad. Panamá es un país que debemos querer por las múltiples ventajas que tiene y que aquí no apreciamos mucho: La posición geográfica, un clima sin huracanes, libre de erupción de volcanes, movimientos telúricos, un medio ambiente rico y variado y una sociedad que no está desquiciada aún. Estas cualidades son propias de este país y debemos mirar con más optimismo el futuro de esta nación y desechar todas las esperanzas que se ciernen sobre este istmo llamado a ser uno de los más pujantes por su vigor, dinamismo y criterio soberano.
PUNTO CRITICO |
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