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CONSULTORIO MEDICO
El tratamiento de Quervain

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Redacci�n
Cr�tica en L�nea

Estimado Dr. Hiller: Me han diagnosticado la enfermedad de Quervain y el s�ndrome del t�nel carpiano. He o�do hablar un poco acerca de la enfermedad del t�nel carpiano, pero nadie que yo conozca ha o�do hablar antes de la enfermedad de Quervain. �Qu� es la enfermedad de Quervain?

Estimado lector: Al igual que el s�ndrome del t�nel carpiano, la enfermedad de Quervain se origina al producirse la compresi�n de los tendones a su paso por la relativamente estrecha corredera existente en la mu�eca. En la enfermedad de Quervain, la vaina que cubre los tendones del pulgar, se inflama ocasionando con ello una tendinitis que hace que el movimiento del pulgar resulte doloroso.

La tendinitis de Quervain es llamada as� por el cirujano suizo del mismo nombre que en 1895 realiz� uno de los primeros tratados escritos sobre tal enfermedad. Dos de los tendones de los pulgares, el extensor pollicis brevis (EPB) y el abductor pollicis longus (APL), pasan a trav�s de un espacio acotado en la mu�eca llamado el "primer compartimiento dorsal". La enfermedad de Quervain se origina por la inflamaci�n de la vaina de los tendones reduciendo el espacio dentro del compartimiento dorsal y comprimiendo los tendones.

Los s�ntomas de la tendinitis de Quervain son dolor y molestias sobre la base del pulgar y en la cara palmar de la mu�eca. El dolor es particularmente apreciable al realizar el movimiento de separar y extender el pulgar. Pueden que se origine cierta hinchaz�n en la zona, y que el pulgar cruja al moverse. Con el tiempo, los movimientos del pulgar se ver�n limitados.

La tendinitis de Quervain normalmente suele producirse al realizar actividades reiterativas tales como pulsar repetidamente la barra espaciadora de los teclados.

En el diagn�stico de la tendinitis de Quervain, el m�dico habr� de comprobar la inflamaci�n y la rigidez. Tambi�n puede que sea necesario un examen f�sico; el enfermo debe cerrar primero el pu�o (los dedos sobre el pulgar) y despu�s doblar la mu�eca en direcci�n hacia el dedo me�ique. Si este movimiento provoca en el enfermo un fuerte dolor la prueba recibe el nombre de test de Finkelstein, este dolor es caracter�stico de la tendinitis de Quervain. Los rayos-X pueden ser utilizados de cara a descartar otros motivos del dolor tales como la artritis.

En principio, el tratamiento de la tendinitis de Quervain consiste s�lo en evitar o reducir el uso de los tendones afectados. Entablillar el pulgar puede ser de gran ayuda para que la zona inflamada descanse y para evitar que cualquier movimiento agrave el dolor. Tambi�n sirven de bastante ayuda los antinflamatorios orales y aplicarse intermitentemente hielo.

Una inyecci�n de corticosteroides puede proporcionar un alivio m�s r�pido que los dem�s remedios. En el 70% de los casos, una sola inyecci�n es suficiente. En un plazo que oscila entre los dos y los siete d�as los corticosteroides comienzan a hacer efecto, aunque si se a�ade a la dosis un anest�sico como la lidoca�na la inyecci�n har� efecto mucho m�s r�pidamente.

Los efectos duraderos de las inyecciones de esteroides fueron demostrados por los doctores Marc y Edward Rankin, quienes comprobaron que en 35 de un total de 58 (el 60%) enfermos estudiados la enfermedad desapareci� al menos durante un a�o y medio gracias a una sola inyecci�n de esteroides con lidocaina, en otros 14 (el 24%) se observ� id�ntica mejor�a aunque para ello se necesitaron dos inyecciones. La investigaci�n de los Rankin se public� en el n�mero de agosto de 1998 de la publicaci�n especializada "Journal of the National Medical Association".

Las inyecciones y otros tratamientos m�s conservadores es posible que act�en sobre la enfermedad en breve tiempo, antes de que se aprecien cambios significativos en los tejidos da�ados. Cuando dichas medidas fallan, un extensor llamado retinacular ayuda a presionar los tendones para reducir la inflamaci�n de la vaina. La cirug�a aplicable es relativamente sencilla y puede aplicarse utilizando s�lo anestesia local.

En la mayor�a de las personas afectadas, la vaina que envuelve los tendones del pulgar y de la mu�eca crea un �nico compartimiento, una especie de corredor a trav�s del cual pasa el EPB y el APL. En el resto, sin embargo, un muro de tejido llamado septum separa los tendones, creando dos peque�os subcompartimientos. La presencia del septum parece que aumenta el riesgo de padecer la tendinitis de Quervain y puede influir en el resultado del tratamiento.

Aproximadamente la mitad de las personas que padecen la enfermedad de Quervain pueden padecer diversas variaciones anat�micas en la misma zona.

Cuando no hay constancia de la presencia del septum, los f�rmacos inyectados en alg�n punto dentro del compartimiento pueden fluir a trav�s de todo el compartimiento y rodear ambos tendones.

Cuando el compartimiento est� dividido, sin embargo, el septum puede bloquear totalmente en uno de los subcompartimientos la acci�n de los f�rmacos inyectados, esta es la causa m�s probable de que en algunos casos el tratamiento con inyecciones fracase.

La presencia del muro o septum afecta bastante a las t�cnicas quir�rgicas. Se ha observado que la descomposici�n �nicamente del APL en enfermos con los dos compartimientos no calma el dolor.

Los cirujanos deben asegurarse de que tambi�n el EPB no quede comprimido. De hecho, algunos investigadores han sugerido que la descomposici�n del EPB quiz� sea el factor m�s importante para conseguir calmar el dolor en los enfermos con el compartimiento dividido.

Los doctores Katsunori Yuasa y Yoshiro Kiyoshige del Departamento Ortop�dico del Hospital Municipal de Yokote en Jap�n han demostrado que cuando hab�a septum en uno de sus enfermos, fue el tend�n del EPB el que result� m�s comprimido y dolorido. Antes, dijeron los doctores, ellos cortaban ambos subcompartimientos de la vaina del tend�n, aunque sus observaciones les llevaron a intentar descomprimir s�lo el EPB cuando hab�a septum. Su investigaci�n sobre 16 enfermos tratados con este sencillo m�todo, los cuales inmediatamente dejaron de sentir dolor, apareci� en el n�mero de septiembre de 1998 de la publicaci�n especializada "The Journal of Hand Surgery".

 

 

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Los doctores Katsunori Yuasa y Yoshiro Kiyoshige del Departamento Ortop�dico del Hospital Municipal de Yokote en Jap�n han demostrado que cuando hab�a septum en uno de sus enfermos, fue el tend�n del EPB el que result� m�s comprimido y dolorido. Antes, dijeron los doctores, ellos cortaban ambos subcompartimientos de la vaina del tend�n, aunque sus observaciones les llevaron a intentar descomprimir s�lo el EPB cuando hab�a septum. Su investigaci�n sobre 16 enfermos tratados con este sencillo m�todo, los cuales inmediatamente dejaron de sentir dolor, apareci� en el n�mero de septiembre de 1998 de la publicaci�n especializada "The Journal of Hand Surgery".

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