INQUIETUDES
Los cines
en Panamá
Antonio
Díaz
Hace muchos
años que desaparecieron los cines populares y al alcance
de los bolsillos en nuestra querida capital. Paulatinamente,
las transnacionales de la cinematografía fueron absorbiendo
las salas convencionales que reemplazaron por algo parecido a
cubículos chicos y angostos.
De aquel tiempo, sobreviven los mal llamados teatros El Dorado,
Amador, Variedades, Apolo, Cinema Arte y Tropical. Pero hubo
un tiempo en que los cines se multiplicaban como los cabarets.
En el Chorrillo había dos cines: El Fox (llamado primero
Cinelandia) y el Hispano; en Santa Ana estaban el Ancón,
Cecilia, Panamá, Central, Edison y el Excélsior
(llamado después Plaza y Astor); en Calidonia funcionaban
el Victoria, Tívoli, Encanto, Iris, Presidente y América
; en Bella Vista, el Bella Vista, el Opera, Plaza, Majestic,
Astor, Méjico, Brasil, Obarrio, España ; en San
Francisco el Roosevelt, el Trixie y el Unión; en Río
Abajo, estaban el Teatro Río y uno que funcionaba frente
a la Kelvin ; en San Miguelito dos con el nombre del corregimiento;
en Vista Hermosa el teatro Vista Hermosa ; en Bethania el Savoy;
en Juan Díaz, El Diana. Hubo varios autocines como los
que funcionaban detrás del colegio Artes y Oficios, la
avenida Balboa, los autocines 1 y 2 de Tumba Muerto y el Autocine
Olímpico.
Los cines también han aumentado su precio porque ahora
tienen mejor sonido y técnica digital, aunque las salas
son más reducidas. Lo que ha aumentado en forma alarmante
es el millo y el vaso de soda porque nadie les ha puesto freno
a los dueños de estas salas.
En esta lista de cines que he confeccionado de memoria sé
que faltan algunos por mencionar pero el espacio no alcanza para
nombrarlos a todos. En Panamá tenemos las limitaciones
de la exhibición de películas de otros mercados
que no sean el norteamericano y el inglés, algo que disfrutábamos
cuando se celebraban los famosos festivales de cine que organizaba
Roberto Morgan.
Definitivamente que hace falta una cultura cinematográfica
en Panamá, pero eso solo se logrará cuando se abran
las puertas de ese mercado del séptimo arte que tanto
anhelamos y que se nos ha privado siempre.
En Colón, pasa el mismo fenómeno que en Panamá
en la que casi todas las salas han desaparecido, lo mismo que
en el interior de la República también hace falta
críticos del mundo del celuloide, ya que el último
que tuvimos y con gran notoriedad fue el Lic. Milciades A.Ortiz,
que subscribía la columna "Mirando a la pantalla"
en el diario "El Día".
Contamos en Panamá con muchos amantes del cine pero
lamentablemente no hay "peñas" para organizar
debates. Algo debiera hacerse para fortalecer nuestra cultura
cinematográfica.
El cine se sigue superando.
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