DEPORTES

CRONOLOGIA DE UNA CITA DEPORTIVA
�Un paseo por los Panamericanos!

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Elena Rasa
EFE

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Los Juegos empezaron con un dominio de Argentina, pero los Estados Unidos ha sido el gran campeón de estos clásicos

Las trece ediciones celebradas de los Juegos Panamericanos han estado marcadas por la pureza de una competición que se ha convertido en el estandarte del deporte americano.

Vamos a los detalles de los Juegos Panamericanos

BUENOS AIRES 1951:

Lo que en 1940 acordó el I Congreso Deportivo Panamericano fue que Buenos Aires acogería la primera edición de los Juegos continentales, pero lo que no estaba previsto en ese texto fundacional era el desenlace de la competición, y mucho menos que los anfitriones "osaran" doblegar el poderío deportivo estadounidense.

Pero los argentinos, que no entienden de pronósticos, no desaprovecharon la ventaja de "jugar en casa" y lideraron el medallero final con un total de 145 trofeos, de ellos 64 de oro, muy por delante de la delegación norteamericana, mermada en número por un apoyo económico escaso, que se tuvo que conformar con 98 preseas, 46 de las cuales fueron del metal más brillante.

MEXICO 1955

La sensación de una derrota sin paliativos que cosecharon los estadounidenses cuatro años antes ante Argentina, fue la espoleta que desencadenó una reacción absoluta de un país poco acostumbrado a tener que ocupar otro peldaño del podio que no sea el más alto. Los norteamericanos casi doblaron el botín de medallas obtenidos en 1951 y, en México�55, se fueron hasta los 178 trofeos, 82 de ellos dorados, mientras que Argentina sufrió un notable retroceso y se tuvo que conformar con el segundo puesto con tan sólo 27 oros para un total de 74 medallas. México tomó el ejemplo de sus hermanos suramericanos cuatro años antes y se asomó a la elite con un tercer puesto global por delante de Chile y Canadá.

CHICAGO 1959

Las dificultades técnicas previas a la celebración de la tercera edición de los Juegos Panamericanos no aventuraban el desenlace final de los mismos en donde el dominio estadounidense fue tan insultante que, de las 156 medallas de oro que había en disputa, tan sólo 41 no se quedaron en las arcas del "Tío Sam", y eso pese a que el número de países participantes se incrementó en tres y pasó de 22 a 25.

La sede inicialmente escogida por el Congreso Deportivo Panamericano fue la ciudad de Cleveland (Ohio), pero una insuficiente base económica hizo plantear otras alternativas. Tras tantear la posibilidad de Guatemala o Río de Janeiro, fue finalmente Chicago (Illinois) quien dio el paso al frente y se convirtió en testigo de excepción de una abrumadora exhibición de la delegación local.

SAO PAOLO 1963

Brasil, el segundo país americano más poblado con casi 170 millones de habitantes, acogió su primera experiencia como sede de unos Juegos continentales en 1963 marcados, una vez más, por los problemas económicos. Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Haití, Nicaragua y Paraguay declinaron su asistencia al torneo regional, por lo que el número de países participantes descendió a 20. Además, las deficientes infraestructuras de la Villa Olímpica (aún sin terminar cuando la competición ya se había iniciado), provocaron el rechazo y la protesta de los participantes que fueron alojados en dependencias comunes sin el mínimo de comodidad exigible para un evento de esta relevancia.

WINNIPEG 1967

Winnipeg, una localidad canadiense encuadrada en las cercanías del lago del mismo nombre y próxima a la frontera con los Estados Unidos, vistió sus mejores galas para acoger la quinta edición de los Panamericanos en 1967 y, con el tiempo, se convirtió en la segunda ciudad que repitió como sede de los Juegos (lo hizo también en 1999), junto a México D.F. Pero el verdadero éxito de Winnipeg fue el de destapar, a nivel internacional, el nombre del mejor nadador de todos los tiempos: Mark Spitz.

CALI 1971

A partir de 1971, la dinámica de los Juegos Panamericanos se empezó a plantear como una lucha deportivo-política entre Estados Unidos y Cuba, con Canadá como tercero en discordia. Los primeros siempre han contado a su favor con un mayor respaldo financiero, tecnológico y organizativo, mientras que los antillanos han hecho de su innata capacidad competitiva su principal baza.

Si en otras ocasiones los inconvenientes económicos habían marcado el devenir de los Juegos regionales, en Cali�71 fue la política la que cobró un protagonismo paralelo al estrictamente deportivo.

MEXICO 1975

Estados Unidos, Canadá, Argentina, Brasil y México, los países con mayor potencial deportivo de América fueron los encargados de acoger las cinco primeras ediciones de los Juegos continentales, aunque la idea del fundador de la competición, el norteamericano Avery Brundage, era la de extrapolar el torneo al resto de las naciones de la zona para estrechar lazos y unir voluntades entre pueblos hermanos. Colombia, con la opción de Cali en 1971, fue el primero en salirse del entramado de los poderosos y se atrevió a organizar los Panamericanos de aquel año.

SAN JUAN 1979

Pocas ediciones de unos Juegos Panamericanos pueden presumir de citar en sus diferentes especialidades a tantos nombres propios como la de San Juan�79, en donde las figuras de Carl Lewis, Ana Fidelia Quirot, Mary Decker, Merlene Ottey o Greg Louganis, entre otros, ofrecieron una muestra de su indudable clase que les llevaría, años después, a ocupar un puesto de honor en el olimpo de los elegidos en el deporte.

Carl Lewis, el "Hijo del viento" que luego lograría nueve títulos olímpicos, debutó en la competición con una medalla de bronce.

CARACAS 1983

Hasta la edición de Caracas�83 los Juegos Panamericanos se habían enfrentado, con éxito, a dos enemigos que ponían en peligro la viabilidad del proyecto continental: la política y los problemas económicos. Sin embargo, un tercer adversario, si cabe aún más poderoso, se dio cita en la capital venezolana y amenazó con apuntillar el futuro idealizado a mediados de siglo por Brundage: el dopaje.

La aparición de sustancias prohibidas en forma de estimulantes y anabolizantes capaces de mejorar el rendimiento muscular a través de la química acabó con la carrera de 17 deportistas que no pudieron enmascarar sus debilidades y acabaron siendo descalificados de la competición al saltar a la luz pública sus trampas, lo que llevó a la mayoría de los Comités Olímpicos Nacionales, incluido el todopoderoso estadounidense, a tomar conciencia del peligro que se avecinaba. Cuba, con cuatro atletas fue la delegación más afectada por del dopaje, seguida de Estados Unidos, Canadá, Chile y República Dominicana (2) y Argentina, Colombia, Nicaragua, Puerto Rico y Venezuela (1).

INDIANAPOLIS 1987

Los Panamericanos volvían a territorio estadounidense en la décima edición de los Juegos (tras los de Chicago en 1959), y la delegación local no dejó escapar la oportunidad para mostrar sus mejores armas y el poderío de sus deportistas.

Desde la ceremonia inaugural, celebrada por primera vez fuera de un estadio de atletismo y trasladada al mítico circuito ovalado de Indianápolis, hasta la de clausura, que contó con la participación estelar de la cubana afincada en Miami Gloria Estefan al frente de su grupo Miami Sound Machine (lo que encendió los ánimos del equipo antillano), todo fue un espectáculo "made in USA".

LA HABANA 1991

Que Cuba ansiaba dar una lección más que deportiva a los Estados Unidos era una realidad palpable, y el hecho de que La Habana fuera la sede de los XI Juegos Panamericanos en 1991 fue el aliado perfecto para que los antillanos lograran la proeza de superar a su rival en el medallero al lograr diez oros más que los norteamericanos.

Los quince días de competición se convirtieron en una continua reivindicación patriótica del orgullo cubano.

MAR DEL PLATA 1995

La mejor forma de superar una pesadilla es arrasarla por encima con el mayor de los pesos posibles, y eso fue lo que hicieron los Estados Unidos tras el mal sabor de boca que les dejaron los Juegos de La Habana�91. La ciudad de Mar del Plata fue el escenario de la XII edición de los Panamericanos en la que los argentinos supieron jugar muy bien sus cartas hasta el punto de alzarse con el cuarto puesto global en el medallero, a escasa distancia de Canadá, merced a su dominio en los deportes de equipo.

WINNIPEG 1999

Si los primeros Juegos Panamericanos organizados por Winnipeg, en 1967, son recordados por la presencia del entonces joven nadador estadounidense Mark Spitz, una de las figuras más legendarias de la historia del deporte, los de 1999 lo serán por el positivo por cocaína del cubano Javier Sotomayor, plusmarquista mundial de salto de altura.

Los logros deportivos, para desgracia de los Juegos continentales, quedaron ensombrecidos por la figura ahora desacreditada de Sotomayor, campeón del mundo y olímpico, uno de los mejores atletas de todos los tiempos y un estandarte del deporte cubano, que también tuvo que sufrir en Winnipeg la deserción de siete miembros de su delegación.

 

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