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Recientemente, en compañía del Dr. Hatuey Castro fuimos a visitar al periodista Blas Julio a la cárcel La Joya, gracias a una oportunidad que nos diera la Dirección de Corrección del Ministerio de Gobierno y Justicia.
Tras llegar a La Joya, bajo un estricto control, pero con amabilidad, de parte de las autoridades, solicitamos la presencia de Blas. Mientras esperamos al amigo, leemos en un cuadro lo siguiente: "Las personas sólo se acuerdan de Dios y la Policía , cuando están en peligro. Una vez el peligro pasado, Dios es olvidado y el Policía repudiado".
Aparece Blas custodiado, como es el rigor de la prisión, no nos reconoce, la mano derecha temblaba, hay una reacción inmediata: Hatuey y Zamora que alegría verlos, sus ojos se humedecen y los nuestros también.
Muchos no me visitan, nos dijo, y se le respondió muchos te envían saludos a través nuestro. "Tengo días de no ver a nadie, sólo la visita de mi esposa", agregó. Gracias a los dos paramédicos (Baker y Calzudes) y al médico detenido salvadoreño, Luis Vidavre estoy con vida. En tres oportunidades me han llevado al hospital de Chepo por paro cardiaco. "Las autoridades me han respetado mis derechos humanos, pero estoy en una cárcel de máxima seguridad y lejana del centro, donde todo se me dificulta.
Blas Julio dice que ahora que está en prisión, todas las denuncias interpuestas en su contra lo obligan a viajar con las esposas en sus manos y grilletes en las piernas, empero " no guardo rencores ni odio ni venganza" para quienes me tienen en esta situación.
Los daños de su salud son serios, si no se le cambia de lugar, no quisiéramos ni pensarlo, puede morir en cualquier momento. |
