Un ataque con granadas mató a un soldado puertorriqueño en Irak y elevó a 147 el total de bajas en combate de Estados Unidos, igualando el total de los caídos en la Guerra del Golfo de 1991.
La muerte más reciente aumentó la presión sobre el presidente George W. Bush, quien enfrenta cada vez más críticas por el costo de la guerra y acusaciones de que Estados Unidos exageró la información de inteligencia sobre las armas de Irak.
También, por primera vez, los Estados Unidos admitieron que enfrentan una "guerra de guerrillas" en Irak, aunque procurará reemplazar a las tropas que han estado más tiempo en la región, dijo el general John Abizaid. |