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Clamor a causa de pobreza y hambre
Buenos aires
REUTERS
El gobierno argentino, que lleva menos de cinco meses en el poder, enfrentaba el viernes su primera huelga general, declarada por un grupo de sindicalistas que rechaza un proyecto de reforma laboral del presidente Fernando de la R�a. La medida, organizada por un sector disidente de la principal central obrera argentina --la Confederaci�n General del Trabajo (CGT)--, afecta mayoritariamente los servicios de autobuses, hospitales y escuelas p�blicas de todo el pa�s. Tambi�n tiene acatamiento entre los empleados judiciales, los recolectores de basura, y parte de los empleados estatales y aeron�uticos. Por el contrario, funcionaban normalmente los comercios, bancos y el resto de la actividad privada, adem�s de los ferrocarriles y los trenes, que registraban atrasos de pocos minutos. "Es muy dif�cil explicar los motivos del paro...contra este gobierno que reci�n asume, contra el pueblo que reci�n ha votado y ha elegido su camino", dijo De la R�a, de la centro izquierdista Alianza. Sin embargo, los sindicalistas aclararon que uno de los motivos para la huelga es el reclamo de que el Congreso no sancione un proyecto de reforma laboral que busca flexibilizar el mercado de trabajo argentino, ayudando a reducir los costos de contrataci�n y estimulando el empleo. La iniciativa promueve la descentralizaci�n de las negociaciones salariales, lo que, seg�n los gremialistas, significar� una ca�da en el salario de los trabajadores. La nueva ley tambi�n representa una merma en el poder de los sindicatos, que hasta ahora monopolizaban los acuerdos salariales. "Este paro no fue por la ley (de reforma laboral) exclusivamente. Fue por la pol�tica econ�mica de hambre y miseria. Esta es la lectura que debemos darle al paro de hoy", explic� a periodistas Hugo Moyano, titular del gremio de los camioneros y m�ximo dirigente de los huelguistas. Aunque no se han registrado incidentes graves, medios de prensa informaron sobre algunos cortes de rutas, ataques a autobuses y desocupados protestando frente a supermercados para exigir comida gratis. Detr�s de la huelga se esconde tambi�n la cr�tica situaci�n social por la que atraviesa Argentina, que tiene dos millones de desocupados, uno de cada tres de sus habitantes en zonas urbanas vive en la pobreza y un 11,8 por ciento de su poblaci�n no llega a cubrir sus necesidades alimenticias diarias. Para algunos analistas, la irrupci�n de un gremialismo combativo en la arena pol�tica nacional puede marcar el surgimiento de un nuevo espacio de poder que puede complicar al gobierno de De la R�a. "Puede ser que surja un espacio pol�tico nuevo generado por Moyano al cual hay que prestarle atenci�n. Esta huelga es la expresi�n de la crisis de este modelo (econ�mico)", dijo a Reuters el analista pol�tico Ricardo Rouvier. "Moyano puede convertirse en un abanderado de los pobres. La gente quiere soluciones sociales y, si el gobierno no se las da en el corto plazo, vamos a tener un panorama pol�tico complicado", agreg�. Desde que asumi� el 10 de diciembre, De la R�a profundiz� la pol�tica econ�mica neoliberal de su antecesor, el peronista Carlos Menem, llevando adelante un plan de ajuste que oblig� al Estado a reducir su gasto social. Por el contrario, el analista Hugo Haime dijo que no ve que "esto (la huelga) sea una amenaza". Para el experto, la desconfianza que expresan los argentinos en las encuestas respecto del sindicalismo local impide el surgimiento de un gremialismo con amplio apoyo social. La CGT disidente surgi� a mediados de marzo, cuando los gremios que responden a Moyano decidieron abandonar la central obrera tras negarse a convocar a una huelga general contra la reforma laboral. En conferencia de prensa, la CGT disidente sostuvo que el paro ten�a una adhesi�n del 85 por ciento entre los gremios participantes.
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