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Una estrevista con Dios
Carlos Rey
So�� que tuve una entrevista con Dios. -�As� que quieres entrevistarme? -me pregunt�. -Si tienes tiempo, me satisfar�a mucho hacerlo -le contest�. Dios sonri� y dijo: -El tiempo m�o es la eternidad, y alcanza para todo; �qu� es lo que tanto deseas preguntarme? -Se�or, quiero saber lo que m�s te sorprende del ser humano. Dios respondi�: -Que se aburre cuando es ni�o, se impacienta mucho por llegar a ser adulto, y luego ans�a volver a los d�as de su ni�ez. Que pierde la salud para ganar dinero, y luego pierde ese dinero para recobrar la salud. Que por preocuparse tanto por el futuro, se le olvida el presente, de modo que no vive ni para el presente ni el futuro. Que vive como si nunca fuera a morir, y muere como si nunca hubiera vivido... Dios me tom� de las manos y nos quedamos en silencio un rato. Entonces le pregunt�: -Como padre de familia, �cu�les son algunas de las lecciones de la vida que quieres que aprendan tus hijos? Dios me respondi� con una sonrisa: -Que no pueden obligar a nadie a que los ame, sino s�lo permitir que otros les manifiesten amor. Que lo que m�s valen no son las cosas sino las personas que tienen en su vida. Que no es bueno compararse con los dem�s, pues todos han de ser juzgados individualmente por sus propios m�ritos y no seg�n los m�ritos de otros en su grupo. Que no son ricos los que m�s poseen sino los que menos necesitan. Que toma unos segundos nada m�s herir a las personas a quienes amamos, pero lleva muchos a�os sanar esas heridas. Que hay personas que los aman entra�ablemente, y sin embargo no saben manifestarlo mediante sus acciones o palabras. Que el dinero puede comprarlo todo menos la felicidad. Que dos personas pueden tener la misma experiencia, y sin embargo interpretarla de un modo totalmente distinto. Que sus verdaderos amigos son aquellos que los conocen �ntimamente y los quieren de todos modos. Que deben llegar a ser expertos en perdonar a otros. Y que no basta con que otros los perdonen a ellos, sino que hace falta que llos se perdonen a s� mismos. Me qued� pensativo, disfrutando de lecciones tan sabias. Le agradec� por concederme la entrevista y por lo mucho que hab�a hecho por m� y por toda mi familia, y �l me contest�: -Puedes hablar conmigo cuando quieras, las veinticuatro horas del d�a. S�lo tienes que llamarme, y yo te responder�. Este sue�o que cuenta un autor desconocido nos recuerda el siguiente pasaje de los proverbios del sabio Salom�n: Hijo m�o, si haces tuyas mis palabras... hallar�s el conocimiento de Dios. Porque el SE�OR da la sabidur�a; conocimiento y ciencia brotan de sus labios.... Entonces... la sabidur�a vendr� a tu coraz�n, y el conocimiento te endulzar� la vida.1
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