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CRIMENES FAMOSOS
Una m�quina de matar humana

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Max Haines

Los siquiatras de la prisi�n estaban convencidos que Joe Fisher era la maldad en persona.

Joe Fisher creci� en el tosco y duro Belleville, Nueva Jersey. Su madre era una prostituta que hac�a su trabajo mientras el padre estaba ausente trabajando de techista. A menudo, los clientes de su madre le daban a Joe una moneda y le dec�an que desapareciera.

Pero Joe era curioso. Se quedaba por ah� y observaba la actuaci�n de su madre. El muchacho creci� odiando a su madre y por siempre se refiri� a ella como "la puta".

Cuando Joe era todav�a un adolescente, se gan� una reputaci�n como elemento perturbador. Robaba en tiendas y a otros chicos. Cuando los j�venes se quejaban, los golpeaba. Joe concurr�a a un colegio cat�lico, lo cual hizo muy poco para restringir sus tendencias criminales. Despu�s que fue atrapado robando a la iglesia de St. Peter, fue enviado a la Escuela Reformatorio del Estado en Jamesburg.

El lugar fue una revelaci�n. Joe aprendi� de los muchachos mayores que el poderoso ten�a la raz�n. Era rato que pasara un d�a sin que se metiera en un tipo de l�o o en otro. Para cuando fue liberado, la Segunda Guerra Mundial estaba en el horizonte.

En 1938, Joe se alist� en la marina mercante, pero se fue "ausente sin permiso" despu�s de servir s�lo unos pocos meses. Se march� a Carolina del Norte, donde fue recogido y devuelto a Nueva Jersey. Las autoridades del momento decidieron no tomar acciones disciplinarias, calculando posiblemente que estaban mejor sin el joven gigante que ten�a muy mal car�cter y tendencia a la violencia.

Adem�s de sus otros problemas, Joe se hab�a convertido en un gran bebedor. Poco despu�s que los Estados Unidos entraron en guerra, Joe se alist� con la infanter�a de marina. Despu�s de pasar por el campo de entrenamiento de Par�s Island, fue embarcado al escenario del Pac�fico, donde vio acci�n en Guam, Kwajalein, Guadalcanal e Iwo Jima.

En la isla de Kwajalein, Joe y sus compa�eros estaban inmovilizados por un intenso fuego japon�s. Sin cuidar su propia seguridad, se expuso al fuego enemigo y tir� granadas de mano dentro de los t�neles ocupados por los japoneses. Por esa acci�n le fue otorgada la Estrella de Plata. Subsecuentemente, recibir�a dos Corazones P�rpura. Joe era un h�roe. El adem�s amaba matar y m�s tarde admitir�a que corr�a riesgos innecesarios sin otro motivo que el placer de matar.

El violento comportamiento y la embriaguez de Joe llam� la atenci�n de sus superiores. Fue embarcado de vuelta a California, donde fue diagnosticado como un paranoico esquizofr�nico. Joe fue hospitalizado en un ala siqui�trica, pero no se ajustaba bien a la rutina del hospital. Cuando recibi� un pase de salida por el d�a, se fue en una juerga de bebida que dur� dos semanas.

Joe se despert� en su ciudad natal de Belleville, N.J. Su padre lo entreg� a las autoridades militares, quienes a su vez lo enviaron al Hospital Naval de Filadelfia. Joe se hab�a convertido en una papa caliente. En todos los lugares donde iba era diagnosticado como un alcoh�lico y un violento homicida individual que deber�a ser encarcelado en una instituci�n. El Hospital Naval de Filadelfia lo transfiri� a un hospital militar en el Fuerte Worth.

Finalmente los militares se lavaron las manos de Joe Fisher. Le otorgaron una baja honorable. A los pocos d�as, Joe rob� una joyer�a en su ciudad natal. A causa de su destacada carrera militar, fue liberado bajo palabra. Seis meses m�s tarde fue acusado de asaltar y robar a un hombre en las calles de Belleville.

Joe fue sentenciado a 15 a�os de prisi�n. Despu�s de servir tres a�os en una instituci�n de seguridad media, Joe fue transferido a la prisi�n de Trenton State, una de las instalaciones correccionales m�s duras en EE.UU. Se enred� en tantas peleas serias con otros convictos, que fue trasladado a la igualmente notoria Penitenciar�a de Rahway State. Joe permaneci� all� por cinco a�os, peleando a la menor provocaci�n. A pesar de su mal comportamiento, fue devuelto a una sociedad desprevenida.

Joe fue derecho a su ciudad natal. D�ndose cuenta que estaba alcoholizado la mayor parte del tiempo y que pelear�a a la m�s m�nima provocaci�n, los amigos le pusieron a un joven llamado Powell para que lo acompa�ara en sus rondas por los bares. El muchacho se le hizo odioso a Joe, hasta que en un ataque de furia, Joe recogi� una roca y le destroz� la cabeza.

La muerte de Powell no requiri� de mucha investigaci�n, Joe fue arrestado y sentenciado a cadena perpetua. De vuelta en Rahway, Joe apu�ale� a un presidiario compa�ero, quien sobrevivi� al ataque, pero qued� paralizado de la cintura para abajo. Durante 10 a�os Joe entr� y sali� de la sala de siquiatr�a. Se hizo amigo del Dr. William King, uno de los siquiatras criminalistas m�s respetados del estado. Joe qued� totalmente sorprendido cuando el buen doctor le pregunt� si tendr�a algunas conexiones afuera que pudieran ser contactadas para asesina a su ex esposa, su marido y su hermana. Joe decidi� usar la informaci�n en su ventaja. Inform� a la polic�a del estado de New Jersey, quien convino en liberar a Joe bajo palabra si esta informaci�n era aut�ntica.

La polic�a arregl� un encuentro con un detective que se hac�a pasar por un mat�n y el Dr. King. La trampa result�. Como una condici�n del trato, Joe fue transferido a Jones Farm, una instituci�n de m�nima seguridad. Cuando su libertad bajo palabra no apareci�, Joe simplemente se fue. Viaj� a trav�s del pa�s hasta San Francisco, Joe siempre afirm� que mientras estaba all� hab�a matado a un homosexual que se le insinu� en un bar "gay". Tambi�n afirm� que hab�am atado a varias prostitutas de la zona de San Francisco antes de regresar a Belleville, donde fue arrestado inmediatamente. Una vez m�s, Joe regres� a una prisi�n de New Jersey. Para entonces hab�a pasado tanto tiempo en el sistema penitenciario que era algo as� como una leyenda. Endurecidos criminales le tem�an y lo respetaban. Permanecer�a encarcelado por m�s de 20 a�os. En el verano de 1978, esta m�quina humana de matar fue encarcelado.

Joe dej� New Jersey y se estableci� en el estado de Nueva York. Durante su estad�a en prisi�n, una anciana dama hab�a sido su amiga por correspondencia. Ella fue la �nica persona en la vida de Joe que hab�a mantenido un contacto continuo con �l a trav�s de los a�os. El y la anciana de 70 a�os Claudine Eggers se casaron. Joe se mud� a la casa rodante de Claudine. Al mes de su matrimonio, Joe hab�a hecho contacto con un pistolero que recib�a �rdenes de un miembro de la mafia en Rahway. Cuando el jefe de la mafia quer�a matar a alguien, se lo dec�a a su contacto, quien pasaba la informaci�n a Joe. Era un trabajo lucrativo, que le redituaba entre ocho y diez mil d�lares por trabajo. En efecto, Joe se hab�a convertido en un asesino a sueldo para la mafia.

Claudine estaba completamente a oscuras. Joe le hab�a dicho que ten�a que irse en viajes de negocios por prolongados per�odos de tiempo. Ella no dudaba del hombre que hab�a sido tan bueno con ella desde su excarcelaci�n. Joe mat� por lo menos una docena de hombres y mujeres por orden de la mafia. Amaba su trabajo. Entre sus trabajos como mat�n, eleg�a prostitutas y las mataba por el simple placer que esto le produc�a. M�s tarde, los sic�logos declarar�an que con cada asesinato Joe fantaseaba que estaba matando a su madre. Despu�s de cada trabajo, tanto si era un contrato o una prostituta, volv�a siempre a Claudine y a su casa rodante en Cooperstown.

Durante 13 meses, Joe recorri� los Estados Unidos, matando a donde iba. Afirm� que estaba en alg�n estado de intoxicaci�n durante cada asesinato.

La �ltima vez que volvi� a Cooperstown, asesin� a Claudine, la �nica persona que hab�a sido bondadosa con �l. Con su asesinato Joe se convirti� en un hombre buscado.

En julio de 1979, Joe entr� al distrito policial n�mero 24 de la ciudad de Nueva York y confes� 19 cr�menes, incluyendo el de su esposa. Fue convicto por el asesinato de Claudine y sentenciado a cadena perpetua.

Aquellos que han revisado la vida de Joe en detalle, estiman que hab�a matado por lo menos 40 personas. Las prostitutas simplemente desaparec�an y nunca se las volv�a a ver. A menudo, Joe estaba tan alcoholizado durante los asesinatos que olvidaba detalles y ubicaciones exactas. En otras ocasiones, nadie se daba cuenta que se hab�a cometido un crimen.

De vuelta en Sing Sing, Joe se desalcoholiz�. Ayud� a los parientes a intentar localizar los cuerpos de algunas de sus v�ctimas. A veces tuvo �xito; otras fracas�. Durante sus 11 a�os en Sing Sing, a menudo dijo a los entrevistadores que en su opini�n deb�a haber sido ejecutado hac�a muchos a�os. Los siquiatras que estudiaron a Joe durante un largo per�odo de tiempo en la prisi�n estaban convencidos que era la maldad personificada y que no ten�a ninguna consideraci�n por la vida humana.

En septiembre de 1991, mientras estaba todav�a en la c�rcel, Joe Fisher sufri� un ataque card�aco fatal.

 

 

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En septiembre de 1991, mientras estaba todav�a en la c�rcel, Joe Fisher sufri� un ataque card�aco fatal.

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