Los trillizos, Yoel, Pedro y Domingo Girón de tan solo dos meses de nacidos, quienes tienen que compartir su lecho con su madre y su padre, debajo de unas lonas que sujetas a unos palos, sirven de hogar improvisado, donde para colmo las tierras son municipales y han sido invadidas por ellos y más de 25 familias más.
Una pequeña cama sucia y llena de huecos, como sacada de un basurero, sirve de lugar para dormir, al lado del colchón viejísimo y separado sólo por una lona, se encuentra otra cama hecha de palos y cartón, donde duermen otros familiares de los trillizos.
Hace dos meses que Juventino Girón se trajo a su mujer embarazada, Celia Bejerano, del área de Hato Corotú en la comarca Ngöbe Buglé, para la ciudad de David, sin sospechar que en el vientre de su compañera que ya tenía otros 8 hijos más, había trillizos.